Conozca los beneficios de promover la natación en sus hijos a una edad temprana

Inseguridad, coordinación deficiente, flexibilidad limitada, falta de agilidad y dependencia de otras personas son algunos factores que se pueden subsanar con la práctica de la natación a una edad temprana.

Aprender a nadar desde los seis meses hasta los 14 años de edad permite a los niños desarrollar habilidades cognitivas fácilmente debido a que la actividad exige desenvolverse en un ambiente ajeno al ser humano, es decir, el agua.

Además de promover la práctica de ejercicio, la natación potencializa hábitos saludables, como la prevención de la obesidad, así como el aprendizaje para ser consciente de las posibilidades y limitaciones, lo que propicia en los niños desenvolverse de manera independiente y segura.

Los centros deportivos Sports World han creado una escuela de natación llamada “SafeSplash”, la cual posee un programa de enseñanza personalizado para niños enfocado básicamente en desarrollar este tipo de habilidades cognitivas y de salvamento dentro del agua, así como la instrucción de diferentes estilos de nado, como mariposa, pecho y espalda, entre otros.

En entrevista con Notimex, Gustavo Torres, coordinador de uno de los centros deportivos ubicados en la Ciudad de México, comentó que el éxito de su escuela se origina en que “nosotros realizamos una evaluación a cada niño que desea nadar, luego identificamos su proceso de aprendizaje y asignamos al instructor más adecuado para él”.

Torres declaró que los instructores deben contar con una personalidad amigable y que se interesen por los niños, para que el proceso de enseñanza sea el correcto; además, se forman grupos de máximo cuatro niños por instructor y de acuerdo con la similitud de los pequeños.

Silex Ronson, instructor de natación desde 2012, destacó que los niños requieren de un tiempo mínimo de tres meses para aprender a nadar correctamente, en especial porque tienen miedo de ahogarse o de nadar sin ayuda.

Es recomendable que los niños practiquen dos o tres veces a la semana para que no se pierda el estímulo de las clases, pero también para no agotar sus cuerpos.

“Tres clases es lo óptimo para que la evolución del niño sea mayor y no pierda el interés por nadar”, aclaró.

De acuerdo con el instructor, quien actualmente estudia entrenamiento deportivo con la especialidad en natación, el tiempo ideal para una clase de nado son 30 minutos. “En una hora de duración se pierde la atención del niño y el avance disminuye; en cambio, si es media hora, el niño está activo y contento”.

Para las clases es fundamental que los niños estén felices, de lo contrario su rendimiento en la alberca será menor. “Cuando vienen tristes o cansados les preguntamos cómo están, cómo les fue en la escuela; lo importante es alegrarlos antes de que comiencen a nadar”, señaló.

Además, el vínculo con los niños es fundamental, ya que si a estos no les agrada su instructor, después de dos o tres meses habrá un estancamiento en su evolución.

“SafeSplash” cuenta con ocho niveles, los cuales abarcan desde los niños que no saben nadar hasta los que dominan el deporte. “En el nivel uno aprenden a flotar, en el siguiente comienzan a deslizarse en el agua, primero con ayuda y luego solos; posteriormente se ven las técnicas de nado, como brazada y patada, así como los estilos”, expresó el joven de 23 años.

Los beneficios que él observa al practicar natación desde pequeños es con “los bebés de seis meses, a esa edad no van a poder realizar un estilo de nado, pero el contacto con el agua les permitirá estimularse físicamente o aprender a caminar más rápido”, señaló.

“Además, el papá o mamá que entra con el niño aprende medidas de seguridad: cómo tomarlo dentro del agua, y esto les ayuda a que si salen de vacaciones y entran a una alberca puedan hacerlo juntos”, añadió.

Por último, Ronson cree que la natación es una base importante para que los niños se interesen por elegir a este deporte como profesión o desenvolverse en otro.

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