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Juegos Olímpicos del 68, medio siglo de historia

Hoy, hace 50 años, la Ciudad de México recibió a 5,516 atletas de 112 países en la primera edición olímpica en un país latinoamericano


  • 12
  • Octubre
    2018

Durante 48 años, México fue la única ciudad de toda América Latina que albergó los Juegos Olímpicos, una puerta poco explorada por la máxima justa deportiva.

En 1963, la capital azteca derrotó en la votación a Detroit, Lyon y Buenos Aires para albergar los Juegos de la XIX Olimpiada y convertirse así en la primera sede latinoamericana del evento.

La victoria fue inesperada por la presencia de Detroit y Lyon. Francia y Estados Unidos ya habían albergado dos veces a los Juegos, pero lo hicieron antes de la Segunda Guerra Mundial. Fue un golpe maestro en la expansión del olimpismo que pretendía el estadounidense Avery Brundage, entonces ya presidente del Comité Olímpico Internacional, que en 1956 llegó a Oceanía y en 1964 a Asia.

Los Juegos de México tuvieron un costo de $176 millones de dólares, unos $2.2 millones de pesos actuales, considerando que en 1993 se le quitaron tres dígitos al peso.

El país experimentaba condiciones económicas favorables que le permitían aspirar a la sede, pero tenía en su contra la altitud de 2,240 metros sobre el nivel del mar, que se creía podía ser contraproducente para la salud de los atletas.

Por ello, se organizaron tres justas preolímpicas entre 1965 y 1967 que permitieron no sólo ser ensayos para la organización, sino también poder sacar conclusiones médicas sobre los efectos de la altitud en los deportistas.

Se eligió al Estadio Olímpico Universitario, inaugurado en la década anterior, como sede del atletismo y las ceremonias de apertura y clausura, al que se le colocó una pista de tartán, material artificial que se estrenaría en el escenario olímpico en México.

Hace cinco décadas, la Ciudad de México recibió a 5,516 deportistas de 112 países en la primera edición olímpica en un país latino y en una nación en vías de desarrollo.

Por un momento se temió la cancelación de los Juegos (por la masacre de Tlatelolco), pero con todas las miradas del mundo puestas en México se decidió seguir adelante con un evento deportivo que marcó un antes y un después en muchos aspectos del movimiento olímpico. (Agencias)





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