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¡Viva Joselito, viva Aguascalientes!

El matador de toros hidrocálido, Joselito Adame, fue el triunfador de la corrida de ayer viernes en la Plaza Monumental Monterrey Lorenzo Garza, al cortarle dos orejas a su segundo enemigo de la noche


  • 02
  • Diciembre
    2016

Ante una entrada alegre de media plaza, Joselito Adame ratificó su calidad como máximo exponente del toreo mexicano, al cortarle dos orejas a su segundo toro de la noche, mientras que Miguel Ángel Perera dejó ir dos apéndices luego de realizar una gran faena, que caló hondo en el ánimo de la afición, y Octavio García El Payo, que la tarde de hoy se presenta en la Monumental Plaza de Toros México, salió a justificarse ante sus dos bureles, toreando con una gran profundidad.

Miguel Ángel Perera, que se llevó el mejor lote, con el primero de la noche se prodigó toreando por verónicas a un buen toro de Fernando de la Mora; con la muleta, el diestro realizó una faena con una gran clase, gran temple y determinación, bordando una faena que cayó en el exceso de confianza ante la locura del público, haciendo el toro por él, de muy fea manera en los medios, y dejándolo lastimado de la rodilla derecha.

En el momento cumbre de la faena, pinchó antes de dejar una estocada que le valió ser premiado con una oreja.

Con el segundo estuvo superior, cuarto de la noche, con una gran entrega ante casi la locura del publico, que se le entregó por completo, pinchando en tres ocasiones, escuchando dos avisos, pero despedido con una clamorosa ovación, con la que dio una triunfal vuelta al ruedo.

Joselito Adame salio a ratificar su condición como el máximo exponente en su primero, cuarto de la noche, que tuvo que correr el turno del toro para ser lidiado el quinto en segundo lugar, puesto que su primero se ‘despitorró’ al estrellarse en un burladero.

Joselito se vio muy en torero ante las dificultades de su primero, dejando constancia de su voluntad por triunfar.

Es discreto con la suerte de matar y es despedido entre aplausos.

Con su segundo, un toro de reserva de la ganaderia de El Vergel, bordó el toreo ante las condiciones que presentó el burel, sometiéndolo a su poderoso engaño e hilvanando sentidas series de muletazos por ambos lados, que calaron en el entusiasmo del público.

Mata de una certerísima estocada, para que el público exigiera las dos orejas, con las que dio la triunfal vuelta al ruedo.

El Payo, con el tercero de la noche, dejo ver el clasisísmo que trae en sus avíos, al instrumentar una faena con mucha hondura, largueza y profundidad, que lamentablemente malogró con la espada.

Con su segundo, sexto de la noche, el diestro estuvo muy voluntarioso, ante un toro de gran calidad, pero que se fue apagando en el transcurso de su faena.

Mata después de un pinchazo... y es despedido entre aplausos.

En términos generales, el encierro ofreció grandes condiciones para presenciar una gran noche de toros, hubo faenas extraordinarias, pero no fueron coronadas con el acero.



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