Y finalmente... ¡no hubo fiesta!

Una tarde llena de fervor, dramatismo, sufrimiento y resignación fue la que se vivió en la Explanada de los Héroes, en la Macroplaza de Monterrey, donde se reunieron más de 10,000 aficionados para presenciar la Vuelta de la Final de la Liguilla del Torneo Clausura 2017, donde finalmente no hubo milagro ni título... y Chivas se coronó.

La pasión que generó el llamado de los hinchas de Tigres en busca de la sexta estrella de su historia llevó a miles a sufrir en las tres pantallas gigantes que instaló el Gobierno del Estado, en la Explanada de los Héroes, donde los seguidores felinos disfrutaron sin costo alguno la transmisión de ChivasTV.

Desde las 16:30 comenzaron a llegar los primeros hinchas a la explanada. Con música de ambiente, alusiva al equipo universitario, las zonas de la Macro fueron ocupándose, donde además de fans felinos, también hubo porra del equipo rival, el Rebaño Sagrado.

Un grupo de alrededor de 50 personas, todas ellas de distintas partes del país, como la capital, San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas y del mismo Guadalajara, se reunieron en la ‘Macro’, ya que sabían que ahí podrían disfrutar del partido.

Al comenzar el duelo, las porras de los seguidores acompañaron las jugadas, hasta que llegó el gol de Alan Pulido... y ‘ahogó’ la emoción.

Tras el medio tiempo, los ánimos volvieron a encenderse, pero el dardo del ‘Gallo’ Vázquez fulminó el ambiente. Sin embargo, nadie se movió de su lugar. La Explanada de los Héroes seguía con los miles de espectadores, y a dos minutos del final, Ismael Sosa regresó la ilusión con el gol del descuento.

Hasta la última jugada, ya en tiempo de compensación, cuando una patada de Jair Pereira sobre Sosa dentro del área no se marcó penalti, y entonces el silbante, Luis Enrique Santander, pitó el final, y la afición en la ‘Macro’, aplaudió poco, muy serenamente, pero se fue decepcionada porque otra vez se le fue un título a los Tigres.

Al final, fueron los hinchas de Chivas quienes celebraron en la Macroplaza, incrédulos de la forma tan dramática en que cerró el juego y consiguieron la estrella 12, la cual, le gritaban a los regios que era suya y de nadie más.

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