5 tips para el comportamiento de una banda emergente ante una entrevista

1. Romper el hielo (relacionarse): Creo firmemente que lo normal es que el conductor de un programa rompa el hielo con su(s) entrevistado(s), puesto que está interesado en que toda la proyección del mismo sea perfecta. Pero hay conductores que sólo pueden estar interesados en ellos mismos, como buscando que sea su actitud la que predomine o simplemente porque está cumpliendo con su trabajo y no le importa a quién entrevistará, pensando “sólo es una banda más o un artista más”. Esto puede ser trabajo del productor o director del programa, pero me inclino más por el involucramiento de todos como trabajo de equipo.

Si el entrevistador no ha cruzado palabras con la banda antes de la entrevista, el ambiente fuera de confianza o de “adaptación” será más tardío y eso afectará la soltura de los mismos. Es como decir “Si no me conoces, ¿cómo quieres que te comparta mis cosas personales?”. Tal vez crees que exagero y puedes pensar que una entrevista se trata de dar a conocer lo que hace la banda, pero me ha tocado y lo he visto un sinfín de veces que, cuando el entrevistador pregunta algo a un integrante y éste no ha abierto la boca para nada, lo primero que le sale es “un gallito” antes que la respuesta.

En este medio no podemos ser tímidos, nuestra soltura es importante, es “proyección”. En el peor de los casos podemos nombrar un portavoz de la banda o algo así, pero el que no habla, no se relaciona y el que no se relaciona “nadie lo conoce”.

2. No dejarse llevar por las emociones (seguridad): Es muy común en las bandas novatas (y en las no tan novatas también) que cuando van al “programa del momento” o con cierta audiencia “se impresionen” por las instalaciones, el movimiento de cámaras, el físico de los conductores y todo el ambiente farandulezco que rodea estos lugares. Cuando esto sucede ya no están actuando conscientemente o están perdiendo el enfoque (la entrevista), o sea “ya no venden”. Me refiero que se convierten en un fanático o algo por el estilo. Un ejemplo, hablando “pubertamente”, es cuando ves a la chava que te gusta y por nerviosismo empiezas a tumbar cosas o decir tonterías y quedar en ridículo. ¿Qué quiero decir con esto? A que no hay que perder la postura, porque de alguna manera u otra lo que va a hablar bien de la banda es su “actitud”, independientemente del enfoque que le quieran dar. Con esto no digo que estén en medio de la entrevista como si fueran estatuas o demasiado formales y aburridos, sino hablo de no perder nunca la seguridad en nuestra persona y en el tema que abordemos. ¡Ya después!, saliendo o en otro lugar pueden hablar si le vieron los chones, les tocó la espalda o si les roló el número de su cel. ¿Capicci?

3. Divertirse (cautivar): Es muy importante hacer notar al público de la banda que se están divirtiendo con lo que hacen, ya sea en una entrevista o en el escenario. ¿Les dicen algo las palabras: “proyección”, “actitud” e “involucramiento”? Bien pueden ser sinónimos que se enfocan una misma relación. Digamos que cuando proyectas, invitas a compartir el momento del show, que tu actitud es la manera en que vas a conquistar al público y él se enamorará de ti, para que finalmente el involucramiento se dé cuando cautives totalmente esa atención y ambos disfruten simultáneamente del momento.

4. Darle la seriedad que merece la entrevista (comportamiento): Hay bandas que por buscar una identificación propia “caen en el ridículo o tienden a exagerar su propio papel, el caso es que como dicen “ni muy muy, ni tan tán” es como debe ser. Es cierto que como banda hay que buscar nuestra propia imagen, etiqueta o sello en cuanto a forma de ser, vestir y desenvolvimiento personal. Pero eso no implica abusar de las bromas, decir malas palabras, hostigar a los miembros de la misma banda y empujarse o manotearse en vivo.

5. Demostrar capacidad de síntesis (ser objetivos): Hay ocasiones que nos gusta escuchar las cosas con lujo de detalles, peeeero… en un programa al aire ser concreto es vital. En nuestros comentarios no podemos dar dos o tres vueltas para llegar al objetivo, porque esa información será sólo paja, y tu tema puede resultar aburrido y de poco interés. Nadie más sincero que nuestra propia conciencia para saber si estamos satisfechos o no con el trabajo realizado.

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