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¿A qué se debe que nos de hambre cuando bebemos alcohol?

Después de haber bebido unas cuantas copas se activa la sensación de buscar un lugar para comer, ¿se te hace familiar este caso?


  • 11
  • Enero
    2017

De acuerdo a científicos británicos, el alcohol produce un cambio en el cerebro, generando que aumente el apetito.

En pruebas hechas con ratones, el alcohol activó los transmisores cerebrales que le indican al cuerpo que debe comer más. Y los investigadores creen que lo mismo ocurre con los humanos.

Dicho descubrimiento explicaría que mucha gente dice que come más después de tomar unas copas.

El experimento

Se trata de una respuesta neuronal, según el equipo de investigadores del Instituto Francis Crick, cuyas conclusiones acaban de ser publicadas en la revista Nature Communications.

El experimento con los ratones consistió en darle generosas cantidades de alcohol durante tres días. Este alcohol en su organismo, aumentó una inusual actividad en las neuronas llamadas AGRP, que se activan cuando el cuerpo experimenta hambre.

Por resultado, los roedores comieron más de lo normal.

Después repitieron el experimento, bloqueando esas neuronas, pero los ratones no comieron tanto.

Por lo tanto, los científicos sugieren que las neuronas AGRP son las responsables del hambre inducida por el alcohol.

Alcohol y obesidad

Ian Gilmore, de Alcohol Health Alliance, de Reino Unido, dijo que la gente debería ser conciente del impacto que el alcohol puede tener sobre qué y cuánto se come, además del resto de riesgos asociados para la salud.

Solo el alcohol ya es responsable de más de 60 enfermedades, y los bebedores se exponen a riesgos aún mayores cuando combinan la bebida con una comida excesiva. Especialmente porque cuando la gente bebe es más proclive a tomar decisiones menos saludables con respecto a la comida que ingieren.

El alcohol y la obesidad causan el 90% de las muertes relacionadas con el hígado y en los pacientes muy obesos el alcohol duplica su toxicidad para el hígado, señaló Gilmore.

Los autores del estudio, liderado por Denis Burdakov, creen que entender cómo el alcohol cambia nuestro cuerpo y nuestro comportamiento puede ayudar a gestionar el problema de la obesidad.



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