Carlos Fuentes fue un impulsor del boom latinoamericano

Este domingo se conmemoran 90 años del natalicio de una de las grandes figuras de la literatura mexicana y en general, de las letras hispanoamericanas. Carlos Fuentes, ganador de numerosos premios nacionales y extranjeros, llegó al mundo un día como hoy en Panamá debido a que su padre, el diplomático mexicano Rafael Fuentes, se encontraba en el país centroamericano.

El empleo de su padre le abrió los ojos a conocer la realidad americana, ya que durante su niñez vivió en Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos y varios países más, lo que le ayudó a ‘‘forjar una visión más crítica de la región’’, señaló en una entrevista.

Durante sus estudios en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, Fuentes fundó varias revistas y fue a los 26 años cuando debutó en las letras con una compilación de cuentos titulada Los Días Enmascarados (1954).

Durante esa época, se desempeñó en la Secretaría de Relaciones Exteriores como jefe de relaciones culturales, pero decidió seguir su pasión por la escritura.

Esto se reflejó cuatro años más tarde cuando escribió La Región Transparente (1958), una de las obras que dio forma al movimiento del llamado boom latinoamericano, en el que novelistas de la región se dieron a conocer en Europa y todo el mundo con sus escritos, por lo que Fuentes formó parte de un grupo en el que figuraron autores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, entre muchos otros más.

Entre las décadas de 1960 y 1970, Fuentes escribió algunas de las obras más importantes de su trayectoria literaria.

Estos fueron La Muerte de Artemio Cruz (1962) y Aura (1962), con el que ganó el premio Cervantes; así como Cantar de Ciego (1966) y Zona Sagrada (1967).

Su postura política se refozó con obras como Cambio de Piel (1967), la cual fue censurada por la dictadura franquista, además de Orquídeas a la Luz de la Luna (1982).

En 1984 fue ganador del Premio Nacional de Literatura de México y lanzar su novela Gringo Viejo (1985), la cual comenzó en 1948.

Se alzó también con el Premio Miguel de Cervantes (1987), la Legión de Honor Francesa (1992), la Orden al Mérito de Chile (1993) y el Príncipe de Asturias (1994). Previo a su fallecimiento, sus últimas obras fueron Adán en Edén (2009) y Vlad (2010).

Finalmente, dejó de existir el 15 de mayo de 2012 y sus restos fueron depositados junto a los de sus hijos Carlos y Natasha en el cementerio de Montparnasse en París; en el que también descansa su colega Julio Cortázar. (Agencias)

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