Controla tu hambre

Es normal que nuestro cuerpo quiera ingerir alimentos, ya que a través de ellos adquirimos los nutrientes adecuados para nuestro día a día, pero debemos de tener mucho cuidado cuando queremos o sentimos la necesidad de estar comiendo a cada rato.

En ocasiones por estrés, ansiedad o nervios solemos refugiarnos en la comida y es un acto negativo, ya que esto sólo provoca ingerir un número excesivo de calorías que acumulan grasa. Pero si este no es tu caso y solamente comes por comer, te compartiremos algunos tips que te pueden funcionar para bajarle a la comida.

ESTRÉS

Cuando los niveles elevados de estrés disparan la producción de adrenalina y de cortisol, sucede algo similar que con el insomnio. Estas hormonas son responsables, entre otras cosas, de aumentar el apetito y reducir la serotonina, lo que conlleva a la sensación de hambre voraz incluso después de almorzar o cenar.

FALTA DE HIDRATACIÓN

Cuando sentimos un vacío en el estomago no siempre significa que tengamos hambre. En ocasiones la falta de hidratación puede hacer que tengamos los mismo síntomas que el apetito. Ya sea por hambre o sed, en cuerpo necesita fluidos; pero el cerebro no logra identificar si requiere sólido o líquido. Recuerda primero ingerir agua para de esa manera descartar la opción y así evitamos estar ingiriendo calorías de más.

DIETA

El llevar una mala alimentación puede hacer que tengamos hambre muy seguido. No ingerir suficiente proteína, grasa saludable o saltarte comidas ocasiona que nuestro estomago pida a ‘‘gritos’’ comida. Recuerda que si comes muy rápido, el cerebro no recibe la señal de que el estómago está lleno y por tal motivo continuas comiendo. Trata de evitar el alcohol porque deshidrata o estas viendo imágenes de comida en redes sociales, por que eso aumenta los niveles de la hormona del apetito.

DORMIR MAL

Cuando no tenemos un descanso correcto existe un desequilibrio en la producción de hormonas. La falta de sueño hará que los niveles de grelina, la hormona que determina el apetito, este más elevada, lo cual te hará sentir hambre a todas horas. Además, el insomnio reduce la cantidad de leptina, hormona encargada de que sientas saciedad.

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