Escena

Ennio Morricone rememora su carrera

El compositor italiano acudió a la presentación del libro Ennio, un maestro en el que responde a la preguntas del cineasta Giuseppe Tornatore sobre su trayectoria


  • 12
  • Noviembre
    2018

El compositor italiano Ennio Morricone, que acaba de cumplir 90 años, recordó ayer su dilatada carrera y sus inicios con su amigo Sergio Leone, así como la influencia que han tenido en él maestros como Bach y Stravinski.

En la presentación del libro Ennio, un maestro (Harper Collins), una conversación con el cineasta italiano Giuseppe Tornatore en el que responde a sus preguntas, Morricone habló ante un público entusiasta en un teatro de Roma de sus composiciones para el padre del spaghetti western, Sergio Leone.

Con él trabajó en cintas como Por un puñado de dólares (1964), El bueno, el malo y el feo (1966), Érase una vez en el Oeste (1968) o ¡Agáchate, maldito! (1971). Cuestionado sobre la falta de reconocimiento en Estados Unidos a las películas del Western italiano, el compositor dijo que “quienes realizaban juicios sobre Leone creían que eran películas de serie B y, por consiguiente, también su música lo era”.

“No era verdad que Leone imitara a los maestros estadounidenses. Se trataba de un producto original”, sostuvo Morricone. En el libro, ante las preguntas de Tornatore, asegura que sus mayores referentes fueron Johann Sebastian Bach e Ígor Stravinski.

“Son los dos polos determinantes, pero naturalmente no son los únicos. También están Giovanni Pierluigi da Palestrina, Claudio Monteverdi y Girolamo Frescobaldi”, abunda. Durante la presentación, reveló uno de los “secretos” que esconde su obra musical, con más de 450 bandas sonoras: “contaminar” sus composiciones con notas de Bach.

Explicó que su deseo es que su música “sólo sirva a la película”, a pesar de que, como indica en el libro, los editores con los que ha trabajado le pedían que la banda sonora pudiera ser vendida por separado del filme. “Nunca acepté este compromiso, siempre escribí música que fuera útil para la película. No caí en el equívoco del cine convertido en una sala de baile”, defiende en el texto.

(Con información de Agencias)


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