Escena

¡Están de fiesta!

Fue un 17 de julio de 1992 cuando la agrupación liderada por Tony Hernández hizo su primera presentación oficial en la ciudad


  • 16
  • Julio
    2017

Fue un día como hoy, pero de 1992 cuando la historia de El Gran Silencio se comenzó a escribir con su primera presentación oficial en el Parque Hundido de la Gran Plaza. Ahora, la agrupación encabezada por los hermanos Tony y Cano Hernández, Campa Valdez y Wiwa Flores, cumple 25 años en la escena musical y de contagiar a millones de personas con su chúntaro style.

La banda regiomontana ha llevado su música a sitios como Europa, Japón y Holanda, lugares que nunca se imaginaron visitar. “Nunca presupuestamos el futuro del grupo, siempre vivimos en el día a día y en el justo momento donde estábamos”, comentó Tony en entrevista con El Horizonte.

Sobre cuál es su experiencia que lo ha marcado en estos 25 años de trayectoria, el vocalista del grupo expresó: “Para mí lo mejor que me ha pasado es ver a otros artistas interpretando mis temas o tener una plática o una buena comida con artistas que uno admira como Jaime López, Arturo Meza o lo que pasó con Juan Gabriel en su momento”.

Así como hay experiencias buenas también tiene que haber algunas malas; la demanda por un exintegrante de la agrupación, la volcadura de su autobús en la carretera o cuando Cano sufrió un accidente en el escenario con luces que le quemó sus retinas son algunas de las anécdotas grises que ha pasado la banda. “Son detalles que tienen que suceder y que uno va resolviendo con el tiempo. Uno tiene que estar consciente de que tiene que haber esos momentos”, declaró Tony.

Entre las presentaciones que el cantautor recuerda con nostalgia se encuentra aquella vez cuando en la Macroplaza lograron reunir a más de 60,000 personas. “La vez que fuimos a Japón también está muy marcada en nosotros. Ver que estaba llenísimo y que estaban coreando un tema tuyo. Llegó un momento en el que pensamos que estábamos en Monterrey y yo le decía a Cano en el oído: ‘¿ya te diste cuenta que estamos bien lejos?’”, relató.

Uno de los conciertos en los que más trabajo les costó prender a la gente fue en el primer Vive Latino, donde el público les arrojó desde pilas hasta tomates. “La gente estaba muy cuadrada en esos momentos o estaba muy enamorada del sonido que escuchaban”, contó Hernández. “Ya para la tercera o cuarta canción la gente admiró lo que estábamos haciendo y nuestra valentía de quedarnos en el escenario que al final terminó aplaudiéndonos”, recordó.



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