Evocan aventuras y nostalgia a través de la música

A través de la música, el concierto The Legend of Zelda: Symphony of the Goddesses, no solo alegró los oídos de los gamers que acudieron la noche de ayer al Auditorio Pabellón M, ya que también despertó la nostalgia a través de las melodías que han acompañado las aventuras de Link, el héroe del tiempo, a través de sus más de 30 años de historia en los videojuegos.

Bajo la batuta del director Kevin Zakrezky, los músicos de la orquesta regia Orange Music comenzó el viaje musical de Link poco después de las 21:00 horas. De forma efusiva en su conducción, Zakrezky se ganó la simpatía de los asistentes, quienes recordaron las aventuras del héroe por medio de videos proyectados en una pantalla gigante que mostraron escenas memorables de los videojuegos que conforman la saga de The Legend of Zelda, como el primer juego de 1987, así como los títulos A Link to The Past (1992), Ocarina of Time (1998), Majoras Mask (2000), The Wind Waker (2002), Twilight Princess (2006), Skyward Sword (2011) y la más reciente entrega Breath of the Wild (2017)

Pese al formato semiformal del evento, Zakrezky animó entre cada interpretación al público presente, conformado por gamers de todas las edades, cuya mayoría lució playeras alusivas al videojuego e incluso algunos que acudieron caracterizados como los personajes de la serie, quienes volvieron a vivir la travesía de Link en su misión de salvar a a la tierra de Hyrule, acompañado siempre de la Princesa Zelda para hacer frente a los villanos, como el temible Ganondorf.

También se incluyeron breves videos de las mentes maestras detrás de The Legend of Zelda, como el creativo Shigeru Miyamoto, el compositor Koji Kondo y el productor Eiji Aounuma, quienes invitaron a los presentes a recordar y emocionarse con los temas que disfrutaron desde la niñez y que los acompañan actualmente.

Con temas que evocaron sentimientos de aventura, tranquilidad, tensión y combate, el concierto finalizó cerca de las 23:30 horas, con lo que se demostró que, más que una simple melodía de acompañamiento, la música del videojuego también representa un elemento vivo que puede evocar emoción, nostalgia y alegría.

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