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La glucosa es la gasolina del cerebro

Una reciente revisión científica determinó la importancia de la glucosa en las funciones cerebrales: en los seres humanos el cerebro requiere aproximadamente el 20 % de la energía derivada de este monosacárido


  • 25
  • Abril
    2018

La glucosa es esencial para que el cerebro funcione de forma adecuada y lo mejor es obtenerla de manera natural a través de una alimentación equilibrada, dijo una especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“La glucosa es el combustible esencial para que el cerebro trabaje de forma adecuada”, dijo en un comunicado Lourdes Massieu Trigo, investigadora del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM.

La especialista explicó que el cerebro es un órgano que trabaja todo el tiempo, “incluso cuando dormimos”, y debido a que envía y recibe señales de forma permanente se debe garantizar la producción de glucosa.

“Por ello, se debe tener una alimentación equilibrada, y especialmente los diabéticos, no deben estar en ayuno por mucho tiempo”, señaló. La especialista detalló que el cerebro es energéticamente muy costoso, pues aunque su peso sólo representa el 2% del total del peso del cuerpo, aprovecha el 20 % de la energía metabólica total y consume 25% de toda la glucosa que comemos. (Con información de Agencias)

¿De dónde se obtiene la glucosa que necesita el cerebro?

Cualquier carbohidrato, desde una lechuga hasta una cucharada de coco rallado, se metaboliza en forma de azúcares (glucosa, fructosa y fibra); por lo tanto, a una dieta

que contenga almidones (arroz, cereales), verduras y frutas no le va a faltar glucosa.

Y en caso que un día no se consuman los suficientes nutrientes para la actividad que desempeñes, primeramente se usaría el glucógeno que almacenas en hígado y músculo (glucogenolisis) y luego tu hígado producirá la glucosa que necesite a partir de aminoácidos.

Este proceso que usamos para producir glucosa se llama Gluconeogénesis y lo conseguimos transformando ácido pirúvico, ácido láctico, glicerol y aminoácidos glucogénicos en glucosa; es decir, convertimos proteínas y grasas (cetonas) en glucosa.


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