Levántate de buen humor

Si bien para muchos es imposible mostrar una sonrisa a primera hora de la mañana, lo cierto es que levantarnos de buen humor tiene muchas ventajas. No sólo se beneficiará la gente que nos rodea, sino también nosotros mismos. Quizá seas de aquellas personas que por las mañanas tienen “un humor de perros” y no se les puede decir nada porque ladran y gruñen. O tal vez convivas con alguien que desde temprano está con “cara de pocos amigos” y mejor ni hablarle.

Prepara una rutina previa al descanso

No olvides que una buena noche de descanso es sinónimo de una excelente jornada. Por lo tanto, trata de no ver la televisión en la cama (sobre todo películas de acción o noticieros) ni de llevarte los problemas a la habitación. En cambio, te recomendamos que cenes lo más liviano posible (un estómago repleto causa insomnio, pesadillas y otros trastornos del sueño) y que ores o medites antes de dormir.

Usa un despertador con melodía suave

Si utilizas una alarma estridente o programas para que se encienda la radio quizás te despiertes sobresaltado y eso aumente tu mal humor. Por el contrario, si la melodía es agradable, amena y relajante el cambio entre sueño y vigilia no será tan abrupto. Puedes también conseguir un despertador que imite la luz solar.

Bebe agua

Si bien dejar un vaso con agua en tu cuarto durante horas no es una buena idea, puedes ir hasta la cocina y servirte un poco de líquido para activar el organismo. La boca se refrescará, reducirás el mal aliento antes de cepillarte los dientes y tu temperatura corporal cambiará levemente. Todas estas señales le indican al cerebro que debe salir de su letargo nocturno.

Estírate

Para despertarnos de buen humor y decirle adiós a los dolores musculares provocados por una postura incómoda al dormir es muy importante movernos un poco desde temprano. Sólo necesitas un par de movimientos simples, como estirar los brazos, girar la cabeza o rotar los hombros.

No retrases tu despertador

Con el celular ahora es muy fácil presionar el botón de “retrasar” o “sonar en cinco minutos”. Sin embargo, eso no es bueno para tu mente ni para tu humor. Porque en ese lapso entre una alarma y la otra el cerebro trata de dormir y no lo consigue como debería (y, por lo tanto, no descansa).

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