Curiosidades del nuevo recinto del INE

Hasta la semana pasada, el INE (Instituto Nacional Electoral) tenía en la mesa un proyecto para lo que iba a ser su nuevo edificio remodelado y ampliado para antes de las elecciones del 2018. Todos estaban muy contentos e ilusionados. Debido a los descontentos y problemáticas políticas y económicas surgidas desde diciembre del año pasado, muchos órganos que dependen del poder federal optaron por hacer recortes o paros en proyectos que representaban gastos muy fuertes, y así parar las oleadas de inconformidades.

Uno de los órganos que tuvo que hacer alto fue el INE. La semana pasada salió su presidente a comunicar a los medios que se cancelaba por tiempo indefinido el proyecto de remodelación de la sede; cosa que agradó a muchos sectores de la población, pues el presupuesto que se utilizaría para tal fin sería de mil millones de pesos y este saldría de la recaudación de impuestos. Fuera del quehacer económico y político del tema, hay que mencionar que desde sus inicios, la convocatoria para presentar el proyecto de remodelación tuvo muchas complicaciones.

Ya que la primera licitación fue declarada desierta en julio del 2016. Para tal fin se abrió una segunda licitación, la cual sí obtuvo un ganador el 29 de agosto.

En la segunda licitación quedaron de ganadores para la realización de la construcción y ampliación la empresa Tadco Constructora en participación conjunta con BA Architecture Office y AKF México. Grupo Tadco forma parte del consorcio ganador del proyecto ejecutivo de pistas, rodajes, plataformas, ayudas de navegación y otras instalaciones del nuevo aeropuerto de la ciudad de México; lo que daba mucha certidumbre al Instituto en cuanto a cumplimientos y seriedad.

El proyecto ganador del Concurso de Ideas del Plan Maestro del Conjunto Tlalpan” fue para el despacho mexicano BulAu, liderado por el arquitecto Héctor de la Peña Flores. “Este planteamiento presenta una adecuada imagen institucional, el aprovechamiento y reciclamiento de la mayoría de los edificios existentes, la integración con el contexto urbano y el entorno inmediato, la presentación de una nueva fisionomía con espacios abiertos y amables, al considerar los accesos peatonal y vehicular, sin afectar la seguridad del recinto, explicó Enrique García Formentí, presidente del jurado calificador de esta competencia nacional.

El segundo lugar lo obtuvo el despacho de arquitectura Gaeta-Springall, liderado por el arquitecto Julio César Gaeta Gorriz. El tercer lugar fue para el despacho Cano-Vera, encabezado por el arquitecto Juan Carlos Cano Aldana. Esperemos a ver cómo se mueven las barajas de estos tiempos y, tal vez en un muy corto tiempo, se pueda retomar esta construcción.

Beneficios económicos

En la memoria descriptiva del proyecto presentado por BulAu se hace mención en los siguientes puntos sobre los beneficios económicos que traería el proyecto:

1. Reciclaje.

Reutilización de más de 18 mil m2 de áreas de oficina ya existentes.

2. Impacto mínimo.

Huella de excavación y desplante del nuevo edificio en 8,500 m2 (25%) propuesta en un área que no afecta la operación actual.

3. Prefabricados.

Propuesta de fachadas resuelta con elementos prefabricados de concreto, minimizando costos y tiempo de obra.

4. Generación.

De energía sustentable, bajando el costo de la electricidad.

5. Modulación.

Dos torres idénticas, haciendo más eficiente su construcción al repetir la misma ingeniería en ambas.

6. Faseo.

Etapas que van permitiendo áreas de oficina utilizables durante la construcción de las siguientes etapas.

7. Estacionamiento.

Dotación de más de mil cajones resueltos en medios niveles para evitar al menos el 50 % de excavación.



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