De los mejores sastres del mundo

La creación de prendas masculinas de manera artesanal y a la medida, hacen del oficio de la sastrería todo un arte, pero se ha debilitado a través de los años por la creciente expansión de las tiendas departamentales y la producción de ropa en serie. No hay nada mejor que una prenda única, confeccionada exclusivamente para ti donde el corte haga la diferencia, por ello, el maestro Gilberto Ortiz se ha colocado en la cúspide de los grandes sastres del mundo, considerado así por la famosa casa de telas Scabal, con sede en Bruselas y Londres; aunque su camino no fue nada fácil.

Nació en San Andrés Lagunas, Oaxaca, donde se dedicaba a arar la tierra. Su talento es nato, ya que su abuelo era el sastre del pueblo, recuerda: “Mi padre me contaba que mi abuelo cortaba las agujas de la puya del maguey y les hacía un orificio, y de la penca sacaba el ixtle y lo utilizaba como fibra para hacer prendas de manta que usan los mixtecos”, indicó para prensa nacional. En 1965 y con tan solo 12 años de edad, se mudó a la Ciudad de México para probar una nueva vida y quedó impresionado por la elegancia del vestir en los hombres de aquella época, pues portaban sombrero, traje y bastón, muy al estilo británico. Anduvo vagando por la ciudad y le llamaron la atención los lugares donde confeccionaban trajes, hasta que tuvo la suerte de conocer a un sastre alemán, José Schroeder, uno de los mejores de Alemania quien además le confeccionó algunos trajes a Adolfo Hitler. Gilberto inició a trabajar en dicho taller con la paga de una comida al día, en donde sus responsabilidades eran la limpieza de todo el lugar y, gracias a su tenacidad, logró convertirse en ayudante del sastre, lo cual cambió radicalmente su destino.

Logró independizarse en 1990, abriendo lleno de orgullo su propio taller en San Ángel y 7 años después se cambió a la calle Londres, haciendo lo que más le apasiona. Fue invitado de honor en 2012 por la exclusiva firma de telas finas Scabal en Londres para competir con otros 49 sastres de 36 países, “Cuando regresé, me llegó un correo donde me informaban que fui uno de los tres ganadores, y por lo consiguiente, que era considerado uno de los tres mejores del mundo. Sí me emocioné, pero luego me situé en mi realidad, y pensé, ¿a quién le interesa eso?”, señaló para un periódico nacional. Con más de 50 años haciendo lo que más le gusta, entre sus proyectos está abrir una boutique en Italia, otra en Argentina, Perú y México, para continuar confeccionando trajes con toda la elegancia para los caballeros del buen vestir.

Confecciona con finas telas importadas de Londres, algunas con filamentos de oro de 24 quilates, fragmentos de diamantes, o la llamada Super 250 de lana de borregos Merino.

Ha vestido a famosos como María Félix (1914-2002), Juan Gabriel (1950-2016) y a importantes personalidades del mundo de la política.

Su ruta por Savile Row

Como sus telas favoritas son creadas por la empresa londinense Holland ampersand Sherry, lo invitaron a conocer la calle Savile Row, donde se encuentra el taller de Richard Anderson, el sastre de la reina, con quien tuvo la oportunidad de intercambiar ideas. Esta calle es famosa  desde hace más de 200 años por sus establecimientos y talleres modernos donde se creó el icónico esmoquin.

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