Diseño versátil

Harry Bertoia fue un artista italiano de nacimiento que de muy joven emigró a los Estados Unidos. Gracias a su trabajo, su apellido se convirtió en un sinónimo de las sillas. Si de mobiliario hablamos, solo diseñó este tipo de mueble, a excepción de la banca que lleva su nombre, la Bertoia Bench-Outdoor; su primer obra en entrar al catálogo de Knoll.

A pesar de ser reconocido en todo el mundo como diseñador de muebles, la realidad es que le dedicó muy poco tiempo de su vida, ya que su verdadera pasión fue la pintura y la escultura; de hecho, concebía sus sillas como si fueran esculturas.

Él decía: “Si miras mis sillas te darás cuenta de que están hechas esencialmente de aire; como en la escultura, el espacio pasa justo a través de ellas. Una vez que te das cuenta, las sillas son como estudios de espacio, forma y metal”.

Antes de lograr todo el éxito que tuvo con sus sillas, Bertoia colaboró a principios de 1940 con Charles y Ray Eames en los famosos experimentos de moldeado de la madera contrachapada, pero esto nunca le fue reconocido, pues la sombra de los Eames fue eminente.

El común denominador de sus diseños es el metal tipo alambrón, como el de la base de esta banca.

Muchos otros diseñadores de la época se enfocaron en otros materiales como madera o plástico, de hecho, esta banca es su único diseño con madera. Y no cualquier madera. Por ser de exterior lleva teca, la reina de las maderas, y con la que se fabrican los yates. Es muy común ver la banca de Bertoia –que también puede usarse como mesa– en los parques de Nueva York. Incluso, el Museo de Arte Moderno (MoMA) las tiene en su patio para deleite de sus visitantes y como premio para descansar después de un largo recorrido.

Comentarios