Salud

Ladrones de tiempo y energía

Detectarlos puede ser cada vez más fácil al hacernos conscientes de ello


  • 26
  • Febrero
    2018

Una de nuestras principales metas cuando empezamos el año es aprovechar más el tiempo y lograr más objetivos, sin embargo, a veces la vida parece cada vez más corta. 

A todos nos pasa algo similar, vas caminando hacia tu lugar en la oficina y te topas con un compañero que te dice: “Espera, que tengo que contarte algo…” y ese comentario que no era más que un chisme, te hace comenzar tu día a las 9:30 a.m. en lugar de iniciar a las 9:00 en punto. Estás concentrado haciendo un reporte de fin de mes o intentando planear tu día o tu semana, cuando de repente recibes un mensaje de WhatsApp, lo que te retrasa y te desvía de tu propósito. Estás comiendo con tus amigos y tu teléfono comienza a vibrar o ves que entran mensajes, lo cual te impide concentrarte en el aquí y ahora. Vas manejando y comienzas a pensar: “Seguramente con este tráfico llegaré tarde. Definitivamente esta ciudad está cada vez peor, todo está mal en este país, ni siquiera sé cómo voy a poder cubrir los gastos de este mes.” 

¿Te identificaste en alguna de estas situaciones? Estos son sólo algunos ejemplos de ladrones de tiempo y de energía. De tiempo, porque obviamente te están reduciendo el tiempo para tus prioridades de vida, y de energía porque cada vez que el enfoque que tenías en llevar a cabo una tarea lo desvías, tardas más en volver a concentrarte.

Además, si te enganchas con el comentario de ese alguien y te quedas pensando en ello, o tus pensamientos propios son pesimistas, pierdes mucha más energía

Detectar a los ladrones de tiempo y energía puede ser cada vez más fácil al hacernos conscientes de ello. Ahora viene la pregunta, “¿Qué hago al detectarlos? No puedo dejar hablando a quien me está interrumpiendo al hacer algo, además tengo que darle atención a mis hijos o a mis compañeros de trabajo si me hablan. Es imposible sólo pensar en mí”. A esto no te daré respuestas, pues como ‘coach’, mi trabajo es dejarte preguntas a contestar, cada vez que estés frente a un posible ladrón de tiempo y de energía, para detectar si realmente lo es y decidir si es necesario atender a lo que se presenta frente a ti, pregúntate: ¿Esto es mi prioridad en este momento?, ¿Lo que estoy atendiendo es lo más importante en este momento de mi día?, ¿Esta plática es productiva para resolver una situación laboral o personal?, ¿Me hace ser mejor persona en algún rol de mi vida (profesional, familiar, amistad) responder esta llamada, ‘e-mail’ o chatear con esta persona?, ¿Es el momento más oportuno para hacerlo?, ¿Este pensamiento me produce paz?, ¿Me lleva a resolver una situación?

Identifica los distintos ladrones de tiempo y energía

Personas: discúlpate amablemente con ellas y propónles un momento oportuno del día para hablar (hora de comida, a la salida o en un breve descanso que te des), pero no el justo momento en que sabes que te quitará efectividad.

Redes sociales, correo electrónico e internet: este es más difícil para los que nos encanta estar “conectados” con el mundo virtual y confieso estar trabajando en ello. Te reto a hacer esta prueba que me está ayudando. Al menos dos o tres horas de tu día decide cerrar todo contacto con el medio social virtual. Todos pueden esperar a saber de ti. Tú sabes cómo las divides. Pueden ser dos por la mañana y dos por la noche o todas seguidas. Invierte ese tiempo con quien tengas enfrente. Puede ser alguna persona o hasta para trabajar. Te aseguro que dos horas sin voltear a ver tu teléfono móvil y a todos los medios virtuales, hará que tu efectividad en lo que hagas sea impresionante. 

Pensamientos: ¡nos bombardean todo el tiempo! Primero es hacerte consciente de ellos. ¿Qué te dices constantemente? Es un tema que merece más de un artículo completo y hablo constantemente de ello. Todo inicia con nuestra mente y con ella creamos nuestra vida y nuestras actitudes. Así que elabora afirmaciones positivas que te llenen de energía. Por ejemplo, si piensas “La vida es sufrimiento” sustituye por “La vida es fácil y sencilla” o “Mi mundo está lleno de alegría”. Parecerían frases de cursos de autoayuda, yo también lo pensaba antes, y confieso que hasta se me hacía ridículo, hasta que me di cuenta que estaba en total ignorancia, pues descubrí que mi cerebro capta todo lo que afirmo y me impulsa a actuar y a atraer a mi vida todo lo que digo. Ese día decidí cambiar mis pensamientos y lucho cada vez más por hacerlo. No sabes lo bien que me siento y todo lo que he logrado con estas técnicas.

En resumen, elige qué haces, qué piensas, qué dices y con quién hablas. Tu tiempo y tu energía son de los recursos más valiosos. El tiempo es ilimitado y tu energía siempre será positiva si decides cómo invertirlos. ¡El poder de elegir está en ti!



Comentarios

publicidad
×