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¿Quién quiere poner la primera pizzería en Marte?

Elon Musk presentó sus planes para colonizar Marte durante el marco del Congreso Internacional de Astronáutica


  • 04
  • Enero
    2017

Esta pregunta la hizo Elon Musk en Guadalajara. Tres horas antes, una multitud se amontonaba afuera del salón del evento. Todos querían ver de cerca al empresario iconoclasta, al visionario que encontró un atajo al futuro. Ahí, en el Congreso Internacional de Astronáutica, el CEO de SpaceX presentó su proyecto para hacer de la raza humana una especie interplanetaria. Minutos después de que abrieron las puertas, ese hombre de edad mediana explicaba con postura y voz relajadas que trabaja en un plan para colonizar Marte. La premisa de tal objetivo es muy sencilla: o buscamos lugares alternativos dónde vivir o nos resignamos a extinguirnos eventualmente en la Tierra.

La historia de SpaceX es atípica. El siglo pasado vio al primer hombre en el espacio y también al primero en la luna, aunque quizá no por las razones correctas. La Guerra Fría motivó a Rusia y a los Estados Unidos a invertir en sus programas espaciales para demostrar su superioridad y liderazgo ante el resto del mundo. Pero una vez que terminó el conflicto, las inversiones cesaron. Tampoco hubo interés de la iniciativa privada, porque explorar el espacio no era rentable, hasta que la empresa de Elon Musk demostró lo contrario.

No muchas industrias son más complejas y riesgosas que la aeroespacial. Enviar un cohete al espacio es particularmente costoso porque este se utiliza una sola vez: se estrella en el océano o se incinera en la atmósfera. La base del modelo de negocio de SpaceX desafía ese precepto. Sus ingenieros desarrollaron cohetes más eficientes que, al volver de su viaje al espacio y habiendo desplegado satélites de sus clientes, regresan a la Tierra y aterrizan verticalmente, listos para reutilizarse. Eso reduce los altos costos y hace de la exploración espacial una actividad viable y rentable.

A pesar del potencial económico de SpaceX, no es la acumulación de riqueza su razón de ser. Su fin último es habilitar la vida en otros planetas para asegurar la supervivencia de la especie. Ello pudiera empezar a ocurrir en 2025, que es cuando la empresa tiene programado su primer viaje tripulado a Marte. De acuerdo con Musk, a partir de 2018 cada 26 meses se harán viajes regulares a aquel planeta. Los primeros envíos serán no tripulados, y cargarán con material de construcción, alimento, combustible y todo lo necesario para levantar asentamientos una vez que lleguen los primeros pobladores. Así, para 2065 un millón de personas habitarán la primera ciudad autosustentable en Marte. El costo de un boleto redondo será de $100 mil dólares, y el trayecto tendrá una duración aproximada de 80 días.

Elon Musk tardó solo 12 años en revolucionar la industria del espacio. Nadie lo tomó en serio al principio: la prensa pensó que solo era otro millonario despilfarrando la fortuna que había hecho tras la venta de Pay-Pal. Sus competidores, Lockheed Martin, Boeing, Arianespace y agencias espaciales de otros países también desestimaron sus esfuerzos. Pero ahora estas empresas están imitando sus métodos y tanto ellas como la prensa, estuvieron al tanto de su conferencia.

SpaceX es una muestra del valor de la innovación en la ecuación de los negocios. Hace 10 años nadie imaginaba que llegar a Marte fuera una posibilidad. Peor aún: nadie estaba interesado porque no era rentable. De pronto, este empresario nacido en Sudáfrica alteró el panorama. El mérito de Musk es el de haber alineado intereses para crear un negocio que hizo posible explorar el espacio y generar utilidades al mismo tiempo.

Hubo un momento de la historia reciente en que fue más interesante el lanzamiento de un gadget novedoso que la conquista del espacio exterior. En un futuro no muy distante, las transnacionales dejarán de serlo para convertirse en transplanetarias. Las universidades ofrecerán estudios en Negocios Interplanetarios o Relaciones Universales, la escena diplomática será más compleja y el sueño americano será desplazado por el sueño marciano. Mientras tanto, aquí en Guadalajara, es la promesa de un nuevo mundo lo que nos congrega.

Twitter: @mauricio_goc

 





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