Internacional

Único médico de Sudán gana Premio Aurora por trabajo humanitario

Originario de la ciudad estadounidense de Amsterdam, Catena es el único médico permanente en los Montes Nuba, una región de cerca de 750 mil habitantes controlada por las fuerzas rebeldes que luchan contra el gobierno de Jartum


  • 28
  • Mayo
    2017

El médico misionero estadounidense Tom Catena fue galardonado hoy aquí con el Premio Aurora por su trabajo humanitario y espera que ello ayude a llamar la atención de la comunidad internacional para el conflicto olvidado que ha causado la muerte de miles de personas en el norte de Sudán, donde actúa.

Originario de la ciudad estadounidense de Amsterdam, Catena es el único médico permanente en los Montes Nuba, una región de cerca de 750 mil habitantes controlada por las fuerzas rebeldes que luchan contra el gobierno de Jartum.

Dice que ya no sabe cuantas horas tienen los días y llega a practicar mil cirugías en un año en el vetusto hospital local.

Con la única ayuda de un equipo de 60 enfermeros, dos de ellos con formación en anestesia, Catena suele tratar unas 400 personas por día, realizando desde partos a cirugías de guerra y tratamientos de quimioterapia.

Lo que más vemos son casos de cáncer. Pero hay también niños gravemente quemados, bebés que perdieron un miembro por una explosión, lepra, malaria, neumonía, mucha gastroenteritis, enumera con un hablar rápido y dinámico.

Más que la falta de tecnología moderna o de medicamentos, los frecuentes ataques aéreos de las fuerzas gubernamentales son la parte más dificil de su trabajo, afirmó en entrevista con Notimex.

El principal pueblo de la región ya fue bombardeado una veintena de veces y el hospital fue directamente afectado en dos ocasiones. Catena considera que los ataques han sido deliberados en represalia por atender también a los rebeldes en el establecimiento.

(El gobierno) sabe muy bien dónde estamos. Estoy seguro de que tiene nuestras coordenadas exactas de GPS. No han sido bombardeos por casualidad. Saben qué están haciendo. El gobierno no nos quiere allá, aseveró.

El médico considera la práctica una barbárie que realmente, realmente desmoraliza a la población.

No es sólo la estructura que se destruye. Ello se puede reconstruir. No son las personas que se mata. El efecto psicológico que eso tiene es completamente devastador. Es una guerra psicológica contra la población, señaló.

Frágil y tenso, el alto el fuego pactado hace seis meses entre gobierno y rebeldes apenas ha calmado la situación.

A veces veo los viejos aviones del ejército acercándose y me digo: ‘¿no saben que hay gente aquí abajo?’ Lo que aprendí es que hay gente que cree que la vida de unos vale más que la de otros, afirmó Catena.

Años de bombardeos han creado en la región un contexto de desconfianza generalizada en el gobierno. Si (el gobierno) nos manda comida, creen que estará envenenada. Si envía medicamentos, creen que es para esterilizar a las mujeres, explicó el médico de 53 años, quien lleva nueve años trabajando voluntariamente en Nuba.

Catena asegura que el cansacio físico, que se le nota en las mejillas hundidas y el andar frágil, no es tan grande como el psicológico, pero el misionero saca de su fe y de la gratitud de sus pacientes la fuerza para continuar.

Imagine ver a tres personas morir en un mismo día. Un niño al que ha amputado la pierna hace dos días murió. Va a la enfermería y la señora con neumonía muere al lado de la que se está tratando de un cáncer. Sale a la calle y ve una madre tirada al piso porque su hijo acaba de fallecer de sarampión, narró y enfatizó que lo que describe no pasa de un día corriente en su hospital.

En esos momentos uno siente toda la miseria del mundo sobre su cabeza. Y entonces veo un avión acercándose e imploro a Dios que la bomba que va a soltar se me caiga encima, se sinceró.

Aún así, el médico afirma tener esperanza de que gobierno y rebeldes alcancen hasta el año que viene un acuerdo definitivo que permita que la paz se instale en la región, donde pretende tener hijos con su esposa, originaria de esos montes sudaneses.

Vartan Gregorian, cofundador de la Iniciativa Humanitaria Aurora (IHA) y miembro del Comité de Selección del Premio, dijo que Catena es una inspiración para cualquier persona que haya dudado alguna vez de la humanidad. A pesar de la enorme injusticia y el sacrificio, ha dedicado su vida a asegurar que la próxima generación tenga un mejor futuro”.

“Su dedicación y servicio hacia los demás es una inspiración para todos y esperamos que las personas a las que ha salvado continúen con el ciclo de la gratitud al convertirse, ellos mismos, en salvadores”, añadió.

Catena invertirá el premio de 100 mil dólares, al que concurrían 550 personas de 66 países, en las necesidades del hospital. Su objetivo a largo plazo es convertir el local en un hospital académico y formar nuevos médicos para la región.

Mientras, Catena espera que dos jóvenes de la región que se encuentran actualmente en escuelas de Medicina, uno en Kenia y el otro en Uganda, vuelvan a los Montes Nuba y le permitan retirarse. Uno de ellos tiene previsto graduarse en junio de 2018.






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