Nuevo León

A un año de tragedia en colegio, NL no aprende lección

Advierten que balacera en Colegio Americano del Noreste causó preocupación, pero solo momentánea


  • 17
  • Enero
    2018

En su momento, el tiroteo realizado por el alumno Federico Guevara Elizondo en el Colegio Americano del Noreste conmocionó a la sociedad nuevoleonesa...pero a un año de los hechos, las lecciones aprendidas son pocas en realidad. 

Asociaciones, expertos y el propio estado reconocen que se ha hecho poco por atender la salud mental de los menores y por ende, de reconocer el riesgo de que miles de jóvenes “exploten” realizando actos violentos o de odio dentro o fuera de los planteles educativos. 

La Secretaría de Educación informó que apenas se tienen 76 psicólogos, esto es, un especialista en salud mental para cada 84 escuelas. 

Los Operativos Mochila resurgieron a los pocos días, pero lo cierto es que, a decir de maestros, inspectores y supervisores de diferentes zonas, la aplicación del mismo no es frecuente y tampoco supervisada por la Secretaría de Educación.

“No cuentan con personal preparado para identificar alumnos en situaciones vulnerables en el tema de salud emocional, y los principales responsables, los padres de familia, no queremos reconocer que nuestros hijos necesitan ayuda, por ignorancia, temor, por el qué dirán”, dijo Luz María Ortiz Quintos, de la Unión de Padres de Nuevo León.

Expertos advierten sobre constante abandono 

Para el experto en psicología, José Francisco Sánchez, la atención emocional debiera ser obligatorio si se quieren evitar tragedias, pues afirma, el desarrollo no es nada más educativo o intelectual, sino también emocional, y por lo tanto, “habría de ser una obligación del gobierno y de tantos las escuelas públicas como privadas, garantizar el apoyo psicológico de los estudiantes y también una capacitación de los maestros para poder identificar cuando un alumno está teniendo problemas de algún tipo”, indicó.

Melissa Serna, psicóloga con especialidad en área clínica, coincidió en que tras la crisis de hace un año, se generó una preocupación alta pero de corto plazo, que nunca abordó las causas raíz.

“Este caso en particular nos dijo: aguas, este hijo puede ser tuyo, pero no se hizo gran cosa más que revisarle las mochilas. 

Creo que solo fue el boom de la angustia lo que nos hizo estar atentos a los niños pero no creo que sea una constante. Una vez que baja la angustia y haces que la escuela revise sus mochilas, todo vuelve a la normalidad”.


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