Doña Atala ha pasado 17 años en cama; solicita un médico

Hace 27 años inició su martirio, cuando comenzó a perder la fuerza para sostener los objetos.

La vieron varios médicos, algunos le comentaban que era distrofia muscular; otros le dijeron que era la ciática. Nunca le diagnosticaron nada formalmente, pero eso sí, la desahuciaron.

Hoy tiene 73 años de edad, y de esos lleva 17 años sin poderse mover, postrada en su cama, en su casa de la colonia Constituyentes del 57, al norponiente de Monterrey.

Es viuda y nunca tuvo hijos, vive sola con una hermana que también es de la tercera edad.

A sus dolencias, se le suma un fuerte dolor en el cráneo.

Hoy, ella pide que un médico la visite en su casa para que le calme los dolores en el cuerpo y en la cabeza.

Sólo ruega que le ayuden a mitigar el dolor.

Que me vengan a ver, que me vea, porque yo no tomo ningún medicamento, expresó.

En la humilde vivienda, su hermana Eraclia, de 76 años de edad, pide que, además de la visita médica, le ayuden permanentemente con pañales, porque la modesta pensión no les alcanza. Y si se puede, que le ayuden con alimentación líquida.

Necesitamos ayuda, somos dos mujeres solas, comentó la hermana.

Que alguien que me la venga a atender y que la vea para que me ayude con eso, porque no sé qué es lo que tiene, no sé que darle, comentó.

En promedio, cada semana compran dos paquetes y medio de pañales.

Doña Atala sueña con levantarse de la cama.

Es más bonito vivir, aunque nomás esté viendo la televisión, que es lo que hago, declaró, ojalá me puedan ayudar.

Esa es su única petición: que la ayuden a calmar el dolor.

Comentarios