Estado, nulo ante violencia en penales

El motín registrado desde la madrugada del martes en el penal de Cadereyta, el cual tardó más de 15 horas en ser controlado, dejó al descubierto no sólo la ingobernabilidad que impera en las cárceles del estado, sino el manejo inadecuado de las autoridades ante un hecho como éste.

La falta de información clara y veraz por parte del gobierno estatal ocasionó que la crisis se extendiera a las afueras del centro penitenciario, pues los familiares encabezaron varios episodios violentos ante la desesperación de no saber qué sucedía adentro.

Y aunque durante casi todo el día el estado insistió en que sólo había un muerto, videos subidos a redes y compartidos miles de veces por los propios internos obligaron a las autoridades a elevar la cifra a 13 y posteriormente a 17, al igual que los lesionados, que pasaron de ocho a más de 20.

Tras la pesadilla vivida en Cadereyta, el gobierno se limitó a justificar que la crisis penitenciaria se debe a la falta de recursos, aunque en 2017 recibió un presupuesto récord.

Así, pese a la falta de autoridad en los penales, no se ha planteado alguna solución para atacar el problema.

Chocan policías con familiares

La crisis por el descontrol en el penal de Cadereyta desató ayer un choque entre elementos antimotines y familiares de reos en las afueras del centro penitenciario.

Los inconformes trataron de evitar la salida de ambulancias y patrullas, ante lo cual los miembros del orden les lanzaron gases.

Los civiles atacaron con diversos objetos y en algún momento intentaron abrir el portón de la cárcel

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