Nuevo León

Mercadito de la Basílica: una tradición de domingo

El mercadito de la Basílica de Guadalupe es una tradición que los regiomontanos han celebrado al termino de cada misa


  • 18
  • Agosto
    2018

Es una tradición que sus inicios se pierden en el tiempo, pero cada domingo un mercado rodante se instala alrededor de la Basílica de Guadalupe.

Pero primero es la devoción, escuchar la Santa Misa, pedir la intevención de la Virgen y al final, un sacerdote bendice con agua bendita a los feligreses.

Ya se cumplió, ahora a recorrer un mercado que tiene sabor a una tradición que sólo los regios saben saborear.

Ricos y pobres, pero todos guadalupanos, caminan entre puestos que ofrecen al paladar los antojitos mexicanos que hacen pecar de gula.

Unas deliciosas enchiladas en tortilla roja, calientitas por un aceite hirviendo, que envuelven un queso rayado con cebolla picada y luego le ponen encima más queso que se gratina por el calor.

Se pide por orden, de cinco enchiladas, nomás para empezar, porque hay que abrirle espacio a unas sopes rellenos de picadillo con papas, frijoles, deshebrada o chicharrón, según el gusto.

Y para que no se atore, pues un vaso de agua fresca. Hay de muchas frutas, desde limón hasta melón y la tradicional naranjada.

Pero si hueco queda, pues unos tamalitos veracruzanos de  hoja de plátano, nomás por no hacer el desaire, y ya que se anda en por la costa, un filete de pescado, con su salsa búfalo.

Ahora que si el antojo continúa, unos quesadillas con guisos. Hay de huevo con salsa, chicharrón, rajas con queso, asado de puerco y nopalitos con salsa. O sólo quesadillas con queso.

Los gustos varian. Hay menudo, tacos de barbacoa, pozole, tamales de hoja de maíz. Nadie se queda sin comer, porque venden pizza y hot cakes calientitos untados de mermerada de fresa y bañados de miel.

-Oiga, ¿de postre qué hay? 

-Tenemos churros 

-Pues deme uno

-¿Azucarados o rellenos de cajeta?

-Pues uno y uno... nomás para probar.

Ya almorzados, hay que ir a comprar por el mercado, empezando con surtir la fruta y verdura para hacer la comida de la semana.

El mercado ha evolucionado,  los tradicionales muñecos de luchadores se venden junto a modernos videojuegos.

Hay que caminar tranquilo por el mercado para disfrutarlo.Apreciar las flores y sus aromas, acariciar las plantas naturales que adornarán un jardín, también ver los detalles de las macetas que harán juego en la casa.

Artesenías que dan el toque mexicano o  espejos para reflejar la sonrisa que debemos mantener todo el día.

A paso despacio hay que avanzar para ver las ofertas, para encontrar lo que no se andaba buscando pero  que ahora se puede comprar. Recorrerlo en familia, porque el mercadito ofrece para todas las edades y es un escenario para platicar con el amigo que sólo se ve los domingos, después de misa.

El mercado es grande, se ha extendido por calles aledañas, pero con sólo levantar la vista se puede localizar la Basílica de Guadalupe

Los domingos es el disfrutar alrededor de la Basílica. Es recorrer un sabrísimo baño de pueblo regio, con la música colombiana de fondo.

Pero hasta las tres de la tarde, porque a esa hora empiezan a retirarse los locatorios y luego la rutina se acomoda nuevamente.



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