El ‘Gigante de acero’ cobra vida; vuele la afición al estadio después de 400 días

Fueron casi 400 días alejados, de impotencia, de alentar desde el televisor. Pero ese martirio terminó. Más de 10,000 aficionados supieron lo que era volver a la tierra prometida, a ese lugar donde acostumbraban cuan fieles parroquianos visitar cada 15 días.

El ‘Gigante de acero’ volvió a tener vida. Por sus inmediaciones hubo fiesta, color, pasión. Y no era para menos. La emoción de volver provocó hasta sentimientos encontrados. Lágrimas de alegría, miradas hasta atónitas, como si no dieran crédito a que por fin la pesadilla había terminado.

Fueron casi 400 días alejados. Por eso hubo quien hasta salió antes de la oficina para llegar a la cita, sin importar que la ropa de trabajo pudiera arrugarse o mancharse.

El filtro de seguridad dispuesto en el anillo que rodea al coloso de la Avenida Pablo Livas si bien era molesto para algunos, se entendía que debía respetarse al pie de la letra.

Revisión de la temperatura, gel antibacterial hasta para llevar y mucha, muchísima paciencia. Qué va. Si se pudo esperar más de un año para regresar a casa, qué serían 10 minutos más aguardando para llegar a la butaca.

Cánticos, un ‘tifo’ gigante, saludos de puño y el reprimir el deseo de darse un abrazo con el ‘compadre’ y ‘vecino de asiento’ fueron la constante en el regreso al ‘Gigante de Acero’.

Mientras, en la cancha, Rayados respondió y en 9 minutos provocó que el respetable gritara ‘gol’ una vez más. Sí, no hubo los tradicionales saludos con el aficionado de junto… qué importó.

Porque fueron casi 400 días alejados de casa… y al fin, por designio divino, la pesadilla llegó a su final.

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