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René Romo Chávez: ¡Grande entre los grandes!

Tomó de su padre Don Luis Romo González, y de su patrón Don Felipe de Jesús Benavides Pompa, el valor de la honradez, la disciplina y la tenacidad, para convertir a Encarnación de Díaz 'La Chona”, una vez al año, en la capital Mundial del toreo


  • 17
  • Noviembre
    2020

Monterrey.- Orgulloso “chonense” por nacimiento, pero regiomontano por adopción, auto-catalogado como aficionado taurino de nuevo cuño, René Romo Chávez ha sido reconocido en los últimos años como uno de los más serios, formales e importantes empresarios taurinos del país, ¡grande entre los grandes!, que a base de honradez, disciplina y tenacidad, que le fueron inculcados por Don Luis Romo González, su padre, y reafirmado por su “patrón” y amigo, Don Felipe de Jesús Benavides Pompa, ha colocado en la cumbre del planeta de los toros a su terruño adorado: “La Chona”, Jalisco.

Honrado y honesto, para Romo Chávez los valores inculcados por Don Felipe desde 1981, fecha cuando ingresó a su organización farmacéutica como un humilde estudiante en funciones de auxiliar contable, fueron fuertes pilares en su formación profesional y humana al combinar el estudio con el trabajo, lo que le significó a su corta edad un enorme sacrificio fuera de su querencia, que siempre mantuvo ataviado de una gran actitud, pasión, sensibilidad y fervor por el trabajo bien realizado.

Así, Romo Chávez fue abriéndose paso dentro de la organización y, como los toreros -dando lo mejor de sí-, fue aprovechando las oportunidades que, en reciprocidad a su lealtad y entrega, se fue ganando, escalando poco a poco a puestos de mayor importancia, que le dieron la oportunidad de relacionarse cada vez más con Don Felipe.

Don Felipe, gran aficionado taurino, vivió eternamente agradecido con Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, pues por azares del destino el espada se convirtió involuntariamente en su ‘cupido’, ya que gracias a “un avío” que el diestro le hizo, pudo conocer al amor de su vida, su esposa Doña María Eugenia Pérez Chapital, luego que Don Felipe se quedara varado en España sin oportunidad de llegar a tiempo por barco a la boda de una hermana.

“Estando en España, un amigo que conocía a ‘Manolete’ me puso en contacto con él y, como ya se venía a hacer campaña en México, iba a mandar a su cuadrilla por delante, y gracias a él me cedieron un lugar en el avión para poder llegar a tiempo a la boda de mi hermana, donde conocí a una invitada muy especial, al amor de mi vida y, a partir de ahí, mi compañera de vida”, nos comentó alguna vez.

Don Felipe, portador de una gran sensibilidad y sencillez, además de haberse distinguido como un gran líder empresarial que logró a través del trabajo tenaz y constante expandir el negocio familiar iniciado con la ‘Farmacia del Carmen’, en las calles Juárez y 5 de Mayo, a poco más de 300 sucursales de “Benavides”, se daba tiempo en sus escasos ratos libres para charlar con uno de sus más leales empleados, René Romo, sobre la fiesta de los toros.

El ‘Chonense’, como la gran mayoría de los moradores de los Altos de Jalisco, región muy cercana al ‘meritito’ Aguascalientes, disfrutaba de la fiesta de toros como un elemento más, que adornaban las tradiciones y festividades patronales de aquella región. Y aunque sus conocimientos sobre el tema taurino no eran vastos, su gusto por la fiesta de los toros le dieron la oportunidad de adquirir de una personalidad tan ejemplar como la de Don Felipe, los valores empresariales que a la postre hicieron que se cultivara entre ellos, un gran respeto, aprecio y admiración, misma que a pesar de la ausencia de Don Felipe, en Romo Chávez aún prevalece.

En la Semana Santa del año 2002, y tras una serie de afortunadas situaciones que confluyeron a un mismo punto en el destino empresarial de René Romo, las “dioscidencias” conjuntaron en “La Chona” a uno de sus cuñados, Sergio López Atilano, accionista de la plaza de toros “La Macarena”, con unos de sus auditores, el contador Manuel Cantú, padre del novillero Fernando, quien toreaba un festival.

Después de este evento, en los años 2003 y 2004, Romo acude con mayor recurrencia a los festejos taurinos tanto de ‘La Chona’, como Aguascalientes y Monterrey, fortaleciendo con ello su amistad con el contador Cantú y ‘Memo’ Guerra, cuñado de éste. Frente a la disponibilidad de una fecha dentro de la feria, los dueños de la plaza la ofrecieron en renta a Romo y a Cantú para que celebraran la corrida el Día de la Candelaria del año 2005.

La tarde del 30 de enero del 2005, Romo Chávez debuta como empresario taurino junto con Manuel Cantú, ‘Memo’ Guerra y Óscar Navarro, con un cartel de tronío encabezado por Gastón Santos a caballo y a pie Eloy Cavazos, Mariano Ramos y Alejandro Amaya quienes lidiaron un encierro de Golondrinas, ofreciéndole a los empresarios la satisfacción de un éxito artístico, pero a la vez les otorgó un doloroso “coscorrón” económico.

A pesar de ello, la afición de Romo Chávez no disminuyó, sino que -al contrario-, como los toros bravos, se creció al castigo del destino y volvió por sus fueros a “La Macarena” para organizar las dos corridas de feria del año 2007, organización a la que con un gran entusiasmo se sumó por pura afición su “patrón”, Don Felipe de Jesús Benavides. Fue el 2 de febrero del 2007 cuando Romo y sus socios colocan en la cumbre mundial del toreo a ‘La Chona’, al llevar en su primera corrida de feria al mejor rejoneador del mundo, Pablo Hermoso de Mendoza, Manolo Arruza y Alejandro Amaya, con toros de Fernando de la Mora, a los que los diestros les cortaron nueve orejas y dos rabos.

Con un gran ambiente dejado por esta corrida, Romo tenía anunciado otro cartelazo histórico para el día cuatro con la despedida de Eloy Cavazos, la presentación de Eulalio López ‘El Zotoluco’ y Rafael Ortega, con toros de ‘Pepe’ Garfias, sin embargo, esa tarde se hizo presente la pertinaz lluvia y se tuvo que posponer hasta el 11 de febrero, lo que enfrió las expectativas del público que, al final, hizo una regular entrada.

Luego de esta corrida y por cuestiones políticas de quienes detentaban el poder municipal de la administración pública de aquellos tiempos, la empresa de Romo ya no encajó en los planes como organizador, pasando por disposición oficial a “la congeladora” hasta que, luego de los constantes fracasos de los diversos empresarios que tomaron la plaza entre los años 2008 y hasta el 2013, le es ofrecida a Romo nuevamente para que organice la feria del 2014.

A partir de ahí, la sensibilidad y el talento de Romo se acentuaron en la hechura y concepción de los carteles, llevando a convertir año con año a ‘La Chona’ en la capital mundial del toreo, de la mano de grandes toreros como Fernando Ochoa, Julián López “El Juli”, Joselito Adame, Alejandro Talavante, Fermín Espinoza Armillita IV, Pablo Hermoso de Mendoza, Arturo Saldívar, Arturo Macías ‘El Cejas’, Emiliano Gamero, Enrique Ponce, Sebastián Castella, Fabián Barba, Octavio García “El Payo”, Antonio Ferrera, Andrés Rocarey, Leo Valadez y Luis David Adame.

Además de ofrecerle la oportunidad en novilladas a Nicolás Gutiérrez, Diego Sánchez y Diego Emilio, Rodolfo Mejía “El Tuco”, Luis Miguel Cuéllar, Jorge Salvatierra, Curro de la Casa, José María Pastor, Julio Ricaurte, Mauricio Arce, Guillermo Guerra y Alejandro Adame.

Para el empresario de la plaza de toros ‘La Macarena’ de Encarnación de Díaz, Jalisco, gracias a los triunfos y a pesar de los descalabros económicos sufridos a lo largo de su carrera, saber que con su trabajo está preservando y promoviendo la cultura y los valores de la tauromaquia, resulta gratificante, pues además de que sus socios han jugado un papel muy importante, el apoyo, respaldo y amor incondicional de su esposa María Guadalupe Reynoso y su hija Alejandra Romo Reynoso, ha sido determinante para que René Romo no sólo se le considere como un gran ser humano, ¡un empresario taurino grande entre los grandes!, sino como un honrado, ejemplar y honorable hombre de bien.


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