Deportes

La corrida de la Feria de la Espiga, a prueba de agua

Se prodigan toros y toreros para vivir una muy emocionante y mojada, pero gran tarde de toros en Cadereyta.


  • 16
  • Agosto
    2022

Celo profesional, pundonor, entrega, valor y un gran sentido de la responsabilidad y profesionalismo entre los toreros y una gran calidad en la embestida de los ejemplares de la ganadería de Golondrinas, amén de un atiborrado coso lleno de algarabía y de público en los tendidos de la plaza de toros Cadereyta, fue como se marcó con éxito el inicio de las operaciones de la dupla empresarial conformada por los apasionados Julio Garza y Raúl Rocha, que echando pa’lante los adversos pronósticos del tiempo, han dado un bandazo de seriedad a la fiesta de toros que, junto con los diestros Juan Antonio Adame “El Bala”, Fermín Rivera, José Mauricio y la ganadería de Golondrinas, se proclamaron triunfadores ante la adversidad del destino.

Los primeros dos toros del magnífico encierro de Golondrinas se lidiaron en condiciones normales para la lidia, dejando ver los diestros Juan Antonio Adame “El Bala” y Fermín Rivera gran voluntad, disposición y torería en sus respectivas faenas. Rivera por pinchar pierde merecida oreja mientras que “El Bala” fue aplaudido con el abreplaza.

Apenas pisó el ruedo el tercero de la tarde y apareció la tormenta que dejó caer su furia sobre el albero jimenense que se anegó de agua, pero también de entrega y pundonor de José Mauricio, que se entregó en absoluto ante el asombro del público que se replegó en los tendidos generales provistos de techo para corear con emoción la entregada faena del diestro capitalino, que fue premiada con dos merecidas orejas en medio de gritos de: “¡Torero, torero!”, con las que dio triunfal vuelta al ruedo.

Las condiciones del redondel se volvieron de lo más complicadas ante las inundaciones en la totalidad de los terrenos de los tercios y tablas, mientras el aguacero que no cesaba… y luego de una inspección realizada por las cuadrillas y los espadas, donde las condiciones eran evidentes para no permitir la continuación del festejo, una sorpresiva decisión de continuar el festejo surgió del director de lidia, Juan Antonio Adame “El Bala”, lo que encendió el entusiasmo del público que no abandonó el coso para presenciar la heroica gesta que ofrecerían a continuación los tres espadas.

Con el cuarto de la tarde y en un reducido espacio en los medios donde el agua no inundó, “El Bala” realizó una faena de entrega y valor ante el gran toro de Golondrinas que de codiciosas embestidas, dejó ver su casta y bravura. Certero con el acero fue premiado con dos merecidas orejas.

Con el quinto de la tarde, Fermín Rivera fue casi arrollado al quedar atravesado en el recorrido del cornúpeta, que cambió la trayectoria de su viaje tratando de evitar unos de los charcos en su camino. Con la muleta estuvo muy entregado y toreando a placer a su enemigo al que logra cortarle una merecida oreja.

En deuda con la entrega del público, que a pesar de la lluvia no se movía de la plaza, el potosino regaló un séptimo toro que en gratitud al “repetable” y a la empresa, brindó su faena de manera simultánea a los tendidos y a Julio Garza, empresario de este festejo, bordando una gran faena de muletazos aterciopelados, largos, lentos, emotivos y cadenciosos que provocaron el delirio popular. Mata de estocada y es premiado con dos orejas más.

Con el sexto, el más peligroso del encierro, José Mauricio derrochó voluntad, pero poco pudo hacer ante las condiciones adversas agregadas por las dificultades mostradas por el ruedo. Al final los tres diestros salieron a hombros por la puerta grande.


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