Estos son los mitos y verdades del pan

Para muchos consumir pan es sinónimo de kilos de más, claro está si abusamos de este alimento como de cualquier otro, el resultado en la báscula no será el esperado si estamos tratando de mantenernos en un peso ideal, sin embargo, los especialistas lo proponen como un alimento sano en la dieta.

“Su contenido en grasa es muy bajo, por ello su valor calórico no es muy elevado. La cantidad de fibra es muy variable pues, dependiendo del tipo de harina, puede ir desde tres gramos hasta casi diez gramos por cada 100 gramos de pan”, añade el especialista en nutrición.

En lo relativo a los minerales, “destaca el sodio, siempre que el pan lleve sal, y el potasio. Además, es rico en vitaminas del grupo B”, apunta.

La principal característica nutricional del pan es su riqueza en hidratos de carbono, que tienen una función principalmente energética.

“Por ello, incluir pan en nuestra dieta es una buena forma de alcanzar ese 50% o 55% de la energía diaria que se recomienda ingerir en forma de hidratos de carbono”.

Asimismo, el pan nos ayuda a alcanzar la ingesta diaria recomendada de fibra, que es importante para la salud intestinal, indica de Cangas, quien recomienda optar por las variedades integrales.

Los secretos del pan

Entre el pan artesano y el industrial hay tres diferencias fundamentales comparte Moncho López, propietario de las panaderías Levadura Madre, en Madrid, España. “El artesano suele trabajar con materias primas de mejor calidad. Mientras, el industrial busca el mayor rendimiento y, como todos los procesos están mecanizados, su único punto a recortar es la materia prima”, señala.

Los aditivos son, en palabras de López, otra de las diferencias importantes entre el pan artesano y el industrial. “Los artesanos hacemos el pan para que sea consumido en el día, por lo que no precisamos aditivos”, recalca.

El pan artesano suele ser “más denso, más sano, con mayor conservación y menos regular en sus formas”. De este modo, el panadero aclara que, en términos generales, una barra de unos 250 gramos debería durar en buen estado entre 24 y 48 horas y una hogaza de 750 gramos, entre cuatro y cinco días.

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