Salud

Jardines inteligentes

La automatización e inteligencia digital de los espacios verdes permite disfrutar más de la casa y cuidar mejor de la vegetación con menos esfuerzo. En el futuro, la tecnología monitorizará las condiciones de plantas, entorno y clima, para dar el cuidado más adecuado a cada zona del jardín en cada momento


  • 11
  • Junio
    2020

Riego inteligente, monitorización de la cisterna, iluminación ambiental programada, audio de calidad en el jardín, protección solar automática, climatización de la zona de invernadero… .

Estos son algunos de los avances incorporados a los jardines para hacerlos “inteligentes”, una tendencia que en el futuro llevará a automatizarlos al máximo, requiriendo una mínima intervención humana, según adelantan los expertos.

La incorporación de la tecnología a los exteriores vegetales de la vivienda se ha convertido en una gran aliada del bienestar físico y emocional, ya que al conseguir que estos espacios sean ‘inteligentes’ y automatizados, los habitantes de la casa pueden disponer de más tiempo para disfrutarlos.

“Mantener un jardín puede ser un trabajo tedioso, por lo que si su cuidado es totalmente automático, permitirá que muchas más personas quieran tener un espacio verde lleno de vida sin comportar un trabajo extra en las tareas del hogar”, señala el equipo de Loxone (www.loxone.com).

Apuntan que la evolución de la tendencia actual de las ‘smart homes’ (hogares inteligentes) marcha en esa dirección.

Esto ocurrirá en la casas, y también en los edificios y zonas comunes, donde la tecnología facilitará el aspecto saludable y atractivo de las áreas verdes, con un coste menor que el actual, derivado de la necesidad de recurrir a un equipo de personas para realizar los trabajos de jardinería, apuntan.

La automatización de los espacios verdes es uno de los avances más recientes de domótica (conjunto de sistemas que automatizan las instalaciones de una vivienda), permitiendo ahorrar miles de tareas manuales al año, que se traducen en tiempo disponible para lo que realmente importa, según señalan.

Las tareas automatizadas las controla un ‘miniserver’, un dispositivo electrónico que se instala en la casa y funciona como el cerebro de la instalación domótica, encargándose de comunicar las órdenes a los distintos componentes del sistema (riego, iluminación, monitorización, audio, toldos…) que funciona como el sistema nervioso de una persona.

El equipo de Loxone describe algunos componentes clave de un jardín inteligente y automatizado, con la tecnología actual:.

RIEGO INTELIGENTE.

El servicio meteorológico y los sensores de lluvia y humedad del suelo del jardín inteligente aportan información al ‘miniserver’ (miniservidor) para que este dispositivo trasmita las órdenes más adecuadas al sistema de riego, haciendo que el propietario no deba preocuparse en activar, desactivar o cambiar de horario el riego en función de los datos meteorológicos.

Esto permite, por ejemplo, que el riego automático no se encienda automáticamente a primera hora de la mañana o al atardecer (momentos del día en los que es más aconsejable regar) cuando ha llovido, evitando que se malgaste agua y dinero.

MONITORIZACIÓN DE LA CISTERNA.

Muchas personas utilizan el agua de lluvia de la cisterna para el riego del jardín, pero para saber cuánta agua contiene hay que quitar la tapa y revisarla y, además, su bomba no debe activarse si el nivel de llenado es demasiado bajo porque podría dañarse, todo lo cual hace que revisar la cisterna sea bastante laborioso.

El usuario puede ahorrarse esta tarea integrando el funcionamiento de la cisterna en el ‘miniserver’, por medio de un sensor ultrasónico que mide el nivel de agua en ese depósito.

ILUMINACIÓN AMBIENTAL.

El “miniserver” utiliza las coordenadas geográficas para calcular cuando oscurece, por lo que la iluminación exterior inteligente sólo se activa cuando realmente tiene sentido.

Esta iluminación inteligente se puede integrar en los caminos del jardín o las paredes de la casa, en la superficie en aleros o techos, así como en terrazas o zonas de piscina, aportando seguridad y permitiendo crear escenas de iluminación ambiental, al iluminar el jardín por la tarde o de noche, según Loxone.

AUDIO DE CALIDAD EN EL JARDÍN.

La zona del jardín puede incorporarse a un sistema de audio denominado ‘Music Server’ que forma parte de la 'smart home', permitiendo programar un ambiente musical y garantizar el sonido perfecto en los altavoces del jardín.

El sonido en el exterior también ayuda a la seguridad, ya que si un intruso accede a la casa, se reproduce un tono de alarma en todos los altavoces, que también escuchan los vecinos, induciendo al ladrón a desistir de su entrada.

También posibilita que el timbre suene en los altavoces del exterior, por si alguien llama a la puerta principal, lo cual a menudo no se oye desde el jardín.

PROTECCIÓN SOLAR AUTOMÁTICA.

Los elementos de protección solar como toldos o pérgolas en los jardines -más aún si no hay árboles u otras fuentes naturales de sombra- se pueden integrar al ‘jardín inteligente’ instalando un motor y añadiendo una serie de mecanismo llamados ‘actuadores’, que controla el ‘miniserver’, según parámetros como la posición del sol o la temperatura ambiente.

Si es necesario, también se puede extender el toldo o pérgola manualmente mediante una ‘app’, a través del teléfono móvil.

CLIMATIZACIÓN DE INVERNADERO.

Para que el clima interior de un invernadero sea el óptimo, se puede instalar una calefacción por suelo radiante, cuyo flujo de energía puede ser controlado por medio de un mecanismo actuador que incluye un sensor de temperatura.

Este sistema, conectado al ‘miniserver’, protege a las plantas del calor y las heladas, durante todo el año, según Loxone.

EL FUTURO: HACIA LA AUTOMATIZACIÓN TOTAL.

“En los jardines inteligentes del futuro, las plantas “tendrán una comunicación directa” con el sistema de automatización”, explican a Efe el equipo de Loxone.

“Existen sensores cada vez más precisos que permiten medir el estado del subsuelo, la humedad en la tierra y, en el ambiente, la falta de oxígeno y la cantidad de abono, por lo que al conocer previamente las necesidades de cada planta y cada zona del jardín, el sistema ya se encargará de realizar los cuidados pertinentes de forma totalmente automática”, adelantan.

El conocimiento del estado físico del subsuelo, y de las condiciones exteriores (viento, insolación, temperaturas y lluvias, reales y pronosticadas), hará que el cuidado del jardín sea aún más exacto, sabiendo con antelación cual es el tratamiento más adecuado para garantizar la salud del espacio verde, señalan.

“Los cuidados inteligentes abarcarán, desde la calidad y cantidad del riego, hasta la aportación de químicos y abonos, pasando por el corte del césped, permitiendo que el propietario esté pendiente del cuidado, solo cuando el jardín realmente lo necesita y el sistema automático no pueda encargarse de la acción”, concluyen.

Por Daniel Galilea.

EFE/REPORTAJES



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