Venezuela, en terrenos desconocidos a una semana de la elección

La crisis en Venezuela ha alcanzado un punto crítico, incluso para este país caribeño. 
La falta de resultados oficiales verificables, una semana después de las concurridas elecciones presidenciales del 28 de julio, ha desatado una ola de represión por parte del chavismo, en medio de crecientes sospechas de fraude.

La oposición, aunque debilitada por la persecución, se defiende. Han publicado en Internet las actas recopiladas por sus testigos, permitiendo que periodistas, expertos en datos y observadores internacionales, como el Centro Carter, analicen la situación. 

Estos análisis ponen en duda el veredicto del Consejo Nacional Electoral (CNE), que declaró a Nicolás Maduro como ganador.
La comunidad internacional intenta mediar, con Estados Unidos, Brasil, México y Colombia buscando una solución. Incluso aliados tradicionales del chavismo, como Cristina Fernández de Kirchner, han solicitado la publicación de las actas "por el legado de Chávez".

Ayer, la Unión Europea también pidió transparencia en los resultados electorales.
Por ahora, Venezuela se encuentra en un estado de incertidumbre, con más temor a perder que a ganar, independientemente de la verdad detrás de las elecciones.

Preocupación desde El Vaticano

El Papa Francisco expresó el domingo su preocupación por la "crítica situación" en Venezuela y pidió evitar la violencia. Llamó a nivel internacional para que cesen las detenciones de manifestantes que apoyan al candidato opositor, quien asegura haber ganado las elecciones presidenciales del 28 de julio.

El organismo electoral del país, que según la oposición está alineado con el gobierno de Maduro, proclamó su victoria sin presentar los recuentos de votos necesarios para demostrarlo. En un mitin reciente, Maduro anunció el arresto de 2,000 opositores y advirtió sobre futuras detenciones.

En sus primeros comentarios sobre la crisis postelectoral en Venezuela, el Papa hizo un llamado a "buscar la verdad, ejercer la moderación y evitar cualquier tipo de violencia".

Durante su plegaria del Ángelus en la Plaza de San Pedro, instó a "solucionar los conflictos a través del diálogo", considerando "el verdadero bien de la población y no los intereses partidistas".

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