Arranca demolición del Penal del Topo Chico

El penal más antigüo de Nuevo León, sede de motines con numerosas muertes, acinamiento y autogobierno quedará en el recuerdo de los ciudadanos y de quienes estuvieron ahí recluidos luego de que esté martes comenzaron los trabajos para su demolición.

Con maquinaria pesada y cuadrillas de trabajadores, las celdas, pabellones y edificios que albergaron a Miles de criminales fueron desmoronados por los taladros neumáticos y las máquinas retroexcavadoras que redujeron a escombros está prisión.

Camiones de tres y media toneladas fueron retirando carga tras carga los restos de la prisión levantando amplias nubes de polvo por el fuerte viento de la tarde.

En octubre de 2019 fue cuando se cerraron oficialmente las puertas del centro de readaptación social luego de 76 años de operación, en cuya zona se construirá la denominada Plaza Libertad y un Archivo del Estado de acuerdo a las estimaciones de las autoridades estatales.

Los trabajos iniciaron en uno de los pabellones del espacio ubicado en la colonia Morelos que quedó atrapado en medio de la ciudad de Monterrey.

El 15 de diciembre se cerró al público el edificio que desde octubre fue desalojado tras una temporada donde lo manejaron como "atracción turística".

El penal del Topo Chico, inaugurado el 3 de octubre de 1943, llegó a ser uno de los más violentos del país. En febrero del 2016, 49 prisioneros murieron en un motín cuando dos facciones del Cártel de los Zetas se enfrentaron, situación que quedó expuesta en videos circulados por internos y vecinos del lugar.

Tras su cierre y traslado de internos a los penales de Cadereyta y de Apodaca, las autoridades encontraron celdas de lujo equipadas con pantallas e incluso saunas, también armamento, drogas y otro tipo de comodidades.

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