Actitud ante las circunstancias
El cerebro es una máquina maravillosa, en cuanto a crear escenarios se trata.
Basta con un mínimo de información para que tu cerebro te empiece a generar un sinfín de situaciones posibles, desde momentos agradables hasta los más terribles.
Sin dejar de lado la fisiología, lo que nos compete el día de hoy es lo emocional, ya que si bien, gracias a la imaginación podemos visualizar diferentes momentos, es la parte psicológica la que le dará contexto.
Nuestros sistemas de creencias son aquellos recursos que vamos creando desde nuestra más tierna infancia, a través de las diferentes experiencias ya sea personales o de los más cercanos, con las cuales vamos interactuando a lo largo de nuestro desarrollo.
Por tanto si nuestras vivencias han sido afectivamente satisfactorias, nuestros juicios, ideas y suposiciones serán entorno a lo positivo, al mismo tiempo si nuestro desarrollo ha sido saturado o expuesto a situaciones adversas con finales o conclusiones lejos de lo positivo así serán los resultados que esperamos tener.
Y es que como comentaba al principio, al cerebro sólo le bastan pequeños fragmentos para darle forma a la historia que estás viviendo, muchas veces esos elementos ni siquiera son similares pero algo de ellos hacen explotar la sinapsis (conexión entre neuronas) para darle un significado a lo que está pasando y entonces sí, poderle dar un nombre a la experiencia.
Los seres humanos vivimos experiencias de todo tipo, buenas, malas, alegres, tristes pero la actitud con la que nosotros decidamos trabajar con ellas va a determinar el resultado final, ojo quizá el resultado pueda no ser lo que tú quisieras pero aún en momentos muy oscuros la actitud con la que los enfrentes dará pie a crear recursos de afrontamiento y no sólo de defensa.
Los resultados muchas veces serían la meta a alcanzar, una graduación, un compromiso, incluso recuperar la salud, sin embargo, la mayoría de las personas no alcanzan a disfrutar de estos triunfos, unos por estar visualizando el siguiente escalón y otros por sentirse tan cansados y no haber disfrutado del viaje.
En el caso de las enfermedades alguien me puede decir ¿cómo disfrutar, cuando la enfermedad está acabando con aquellos sueños que se tenían proyectados?, pero les voy a decir una cosa, si estás enojando, triste o decaído y sólo piensas en huir de la situación, se te van a ir entre las manos muchos buenos momentos.
Incluso por esta actitud pudiera hacerte cometer un sinfín de errores que más que acercarte a esa meta que tanto deseas la vuelve más inalcanzable.
Por ejemplo quizá estás pasando por un diagnóstico poco alentador, y si estás en la búsqueda de recursos para solventarla, pero no aprendes a delegar y dejar que las personas a tu alrededor te ayuden, porque tu actitud más que buscar vincular aleja a los demás, y te sientes cansado, embotado y no puedes trabajar para generar ese recurso y culpas a la situación.
En estos momentos pareciera irónico pero también es cuando más alerta debes estar, llegan papeles, llegan estudios y cuentas, y tú lo que quieres es terminar con eso, y se te pasan las letras pequeñas dando por resultado dar más vueltas e incluso más gastos cuando lo que ocupas es economizar.
Estimados lectores los ‘limonazos’ de la vida siempre se harán presentes estés preparado o no, sin embargo tu actitud ante la adversidad puede ser de gran ayuda en los momentos de crisis.