Hay cosas que para muchos de nosotros son innegociables. La vida de un menor de edad es sagrada. Un niño es la personificación de la santidad. Desde hace tres días, si eres padre irresponsable —si no pagas la pensión alimentaria de tu hijo—, al menos en Nuevo León, sufrirás graves consecuencias legales. Te lo garantizo.
Nada peor en el mundo que lastimar a un menor, ofenderlo, humillarlo o maltratarlo.
Medítalo, porque esto viene en serio. No pagar la pensión alimenticia a tu hijo ya no será un “pendiente” que puedes posponer para mañana o pasado.
Hace tres días, desde el 8 de noviembre, entró en vigor en Nuevo León algo que se llama Registro Estatal de Obligaciones Alimentarias (REOA). No es nada personal contra nadie, pero se te volverá un delicado problema si eres culpable y sigues incumpliendo por más de 90 días una resolución judicial firme.
¿Qué te pasará? Te inscribirán automáticamente en una especie de lista negra. Y, una vez que estés ahí, tu vida se te complicará brutalmente.
Lo dijo el gobernador Samuel García: “Les saldrá muy caro ser papás irresponsables; los vamos a quebrar socialmente”.
Y Mariana Rodríguez también señaló que es por el bien de los niños, pero si tú eres el padre desobligado vivirás un infierno. Yo mismo te denunciaré si me entero.
A partir de la reforma a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA-NL), si ya recibiste sentencia que te obliga a pagar alimentación, vivienda, vestido, educación, salud, transporte y recreación —como dice el artículo 308 del Código Civil— y acumulas más de 90 días de retraso, el Poder Judicial pasará tus datos al DIF Estatal y entrarás al REOA. Entonces, cuidado.
¿Qué nuevas obligaciones tendrás? Quince días hábiles para reportar cualquier cambio de trabajo o ingresos. Si no lo haces, te multarán. Si se te ocurre simular ingresos menores para pagar menos, peor para ti: recibirás hasta cinco años de prisión. Y si alguien te encubre —tu jefe o un funcionario público— también los castigarán con los mismos cinco años de prisión.
¿Es todo? No. Para tu desgracia apenas comienzo. También te bloquearán trámites básicos como la licencia de conducir —inútil sacar una nueva, renovarla o hacer cualquier permiso vial—; no podrás contraer matrimonio ni realizar trámites notariales: estarás impedido legalmente para comprar o vender casas, terrenos, o constituir empresas.
Samuel García dijo explícitamente: “Olvídate del pasaporte”. Y se te complicarán —por las mismas causas que te explico— los préstamos o las cuentas bancarias.
¿Cómo encontrarás la salida de este gris laberinto, como diría Joaquín Sabina? Pagando todo: adeudos, intereses, incrementos automáticos y recabando pruebas para demostrar que ya te enmendaste. Si no, seguirás sufriendo este viacrucis legal durante años, hasta que tu hijo cumpla mayoría de edad.
Me da mucho gusto que Nuevo León sea pionero en estas medidas tan severas. Hay miles de demandas al año por este motivo inhumano y eso debe de frenarse. La morosidad te saldrá muy cara porque no podrás manejar, ni casarte, ni vender nada, ni viajar. Y con tu nombre en una lista negra. De verdad, no quisiera estar en tus zapatos.
Y si eres la mamá del niño, denuncia al papá de tu hijo para que lo inscriban en la lista negra. No hay escapatoria. Lo sagrado se respeta. Y los niños son sagrados, le pese a quien le pese. ¿Alguien quiere orientación al respecto? Con gusto lo hago de manera altruista. La causa lo vale.
