¿Hay riesgo de que llegue a Nuevo León el perverso método de la 'Propaganda Blitz'?

En 2023 se orquestó una campaña sucia contra la construcción de la Línea 2 del metro, Crossrail, en Londres. 

Un medio de comunicación de izquierda, The Guardian, detonó la nota a la que luego se sumaron actores políticos, activistas ambientales como Extinction Rebellion y una lista de influencers pagados y amplificados con granjas de bots en TikTok e Instagram. 

Se lanzó una ráfaga de opiniones aparentemente expertas —nunca dieron por cierto los nombres de esos supuestos especialistas—, una serie de post nonstop —es decir, incesantes— y se denunció un problema fake: la invasión de pilotes en la construcción de la Línea 2 ampliada. 

Llegó un tsunami de denuncias mediáticas contra la Línea 2 por perforar el drenaje pluvial de Londres; luego continuó una segunda fase con acusaciones de que los pilotes provocaron supuestos daños a ductos hídricos, filtración de químicos al Támesis y la falta de permisos —nada que fuera grave. 

¿En qué terminó toda esta guerra sucia? En la renuncia del alcalde de Londres, Sadiq Khan, el verdadero objetivo de este plan macabro. 

Después se descubrió que todo había sido una farsa: una vil andanada de mentiras, medias verdades, de exageración dolosa, difamaciones y nado sincronizado para manchar la reputación del alcalde. 

Pero lo peor no fue la salida de Khan, sino el grave daño que estos bribones provocaron a los londinenses. 

El gobierno local ahora está presidido, irónicamente, los enemigos de Khan. Y la falta de Crossrail 2 dejó a Londres —y, básicamente, a barrios como Richmond y Kingston—, atascados en congestiones viales al límite, con tiempos de viaje que se estiran hasta 30% más en horas pico, con pérdidas económicas de $42,000 millones de libras, pérdida de 200,000 empleos y de 300,000 viviendas que no se construyeron.  

Y te cuento lo más desolador: a falta de Línea 2 del Crossrail, los londinenses incrementaron el uso de vehículos y la contaminación subió 70 por ciento. 

En estos casos la grilla se vuelve peligrosa. ¿Tiene nombre esta campaña de desinformación? Sí. Se le conoce como “Propaganda Blitz”. ¿En qué consiste? 

Te lo explico. Se trata de operar una intensa ráfaga de campañas publicitarias —guerra híbrida le dicen también— que puede durar dos o tres semanas continuas para saturar al público con un mensaje fake. Suele usarse en ataque virales para vulnerar rivales políticos. Sus fines son electoreros.

“Propaganda Blitz” se traduce de forma literal como asalto mediático o bombardeo simultáneo en muchos frentes. 

La definición se explica a fondo en el libro Propaganda Blitz: How the Corporate Media Distort Reality de David Edwards y David Cromwell. 

¿Podría llegar a usarse la “Propaganda Blitz” en Nuevo León como medida brutal para atacar contrarios? Esperemos que no. Las principales víctimas de esta canallada seríamos los propios nuevoleoneses. Dios nos libre.