Opinión

De buscadoras a buscadas

De buscadoras a buscadas

1. Inexorable, se acerca el fin de la actual administración federal. En las siguientes semanas se iniciará, de seguro, un anticipado ajuste de cuentas con la 4T. Aunque –en opinión de la comentocracia– continuará el actual rumbo, dada la incapacidad opositora para ofrecer un proyecto atractivo y fresco, la retirada de AMLO a su rancho, como lo ha ofrecido continuamente, exige una evaluación de lo hecho en este periodo. Es muy difícil que cambie la orientación en lo que resta del año y el próximo por lo que ya se pueden avizorar algunas estimaciones conclusivas.

2. Dado que ayer celebramos el Día de las Madres, estamos ante una buena oportunidad para preguntarnos cómo ha sido la relación de ellas con la 4T. Como con todos los sectores que no pueden encasillarse en “los pobres” –que, como lo confesó el Presidente, son ayudados con dádivas económicas para garantizar su voto–, la conexión no ha sido tersa. Hay un emplazamiento materno que ha batallado de más en estos cuatro años: el de las madres que tratan de encontrar a esposos o hijos desaparecidos, y que han pasado de buscadoras a buscadas.

3. Si de por sí ya es terrible perder a un ser querido, sospechar que ha sido ultimado, y no tener la posibilidad de cerrar el duelo con un funeral digno –antes se decía “con cristiana sepultura”–; si las trabas de organismos judiciales y policiacos que deben enfrentar las señoras son cada vez mayores por la indolencia o complicidad de las autoridades; si el costo económico que representa para una mamá dejar su trabajo, trasladarse a posibles lugares de hallazgo, es elevadísimo, ahora hay que considerar el enorme riesgo que sufren estas damas: algunas son asesinadas.

4. Y es que desde 2020 han sido abatidas 10 madres buscadoras. Supliendo lo que las autoridades responsables tendrían que hacer, no sólo no encuentran a su ser querido, sino que ellas mismas se topan con la muerte. Hay una constante: todas pertenecían a colectivos de madres indagadoras, que reaccionaban ante la mínima pista, que escarbaban en fosas y pozos en donde probablemente había restos humanos. En todos los casos ya estaban cerca de lograr su objetivo. Todas fueron acribilladas sin que hasta le fecha se haya hecho justicia.

5. Cada primer lunes de mes, en la Catedral, celebramos una misa para pedir por el hallazgo de los desaparecidos, sanos y salvos, y por sus familiares y amigos. Lo mismo en otras diócesis del país. A la ya gran tristeza que embarga a los participantes en la eucaristía, hay que agregar la desolación surgida cuando se nota la ausencia de una mamá, o una abuelita que se cansó de esperar, de rezar, de insistir ante las autoridades, de alzar la voz y la foto de sus hijos. Agreguemos el que algunas de ellas ya no participan porque han sido victimadas.

6. “Nos robaron la felicidad. No tenemos nada qué celebrar mañana. Nos quitaron un pedazo de nuestro corazón al desaparecer a nuestros seres queridos por la violencia, la inseguridad que estamos viviendo”, dijeron algunas mamás el pasado martes frente a nuestro Palacio de Gobierno, acusando que sólo se le ha puesto atención al caso de Debanhi. No. Las mamás buscadoras no están en el radar de la 4T, no importa si son asesinadas o no. Lo relevante para autoridades locales, estatales y federales son las próximas elecciones.

7. Cierre icónico. Y continuando con los resultados duros de esta gestión obradorista. Durante la campaña para la presidencia, se nos previno de que si AMLO ganaba, entre otras calamidades, se expropiarían las grandes empresas, y los grandes ricos verían disminuidos sus capitales. No fue así. Cualquier estudio de agencias especializadas, como OXFAM, nos revela que los súper millonarios mexicanos han incrementando sus capitales en los últimos cuatro años, gracias a que no pagan los impuestos debidos. Se nota que no les ha ido nada mal con la 4T.

papacomeister@gmail.com


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