En el México de la transformación que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la participación ciudadana no es un discurso, sino una práctica viva que se expresa con hechos y acciones concretas.
La reciente Comisión Presidencial para la Reforma Electoral representa un nuevo paso hacia la consolidación de un sistema político más justo, transparente y cercano al pueblo. Este ejercicio de diálogo abierto, que incluye audiencias públicas en todas las entidades federativas, marca un precedente histórico en materia de democracia participativa.
El Gobierno Federal ha dejado en claro que la reforma electoral no será producto de una decisión unilateral ni de acuerdos “en lo oscurito”, sino del resultado de escuchar a todas y todos. Las audiencias son abiertas, públicas y accesibles, de modo que cualquier ciudadano que se registre puede participar, opinar y ser escuchado. Se trata de devolver al pueblo su papel central en la definición del rumbo democrático del país, algo que pocas veces se había visto en procesos de esta naturaleza.
Como lo informó ayer Pablo Gómez, presidente de la comisión, en este momento no existe un borrador ni tampoco un lineamiento impositivo, por lo que es un ejercicio completamente abierto y participativo, en el que cualquiera que quiera participar puede registrarse, sin mediar invitación, en la liga oficial www.reformaelectoral.gob.mx
Mañana miércoles, encabezada por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, la audiencia pública se llevará a cabo en Nuevo León, un estado clave para el debate nacional por su pluralidad y dinamismo político.
Este encuentro será una oportunidad para que diversas voces —académicos, expertos en materia electoral, organizaciones sociales, estudiantes, empresarios y ciudadanos en general— expongan su visión sobre cómo mejorar nuestras leyes y los procesos de elección. Esta apertura reafirma que el Gobierno de la República no teme al debate, sino que lo impulsa.
Hoy, México demuestra que su democracia no se decreta: se construye con la voz, la crítica y la participación de todos. En cada audiencia, en cada aportación, se siembra un futuro donde las instituciones respondan verdaderamente a la voluntad del pueblo. Y esa, sin duda, es la mayor fortaleza del gobierno que encabeza Claudia Sheinbaum.