Opinión

‘Desromanticemos’ la maternidad

¿La madre perfecta existe?

Como madres, existe una gran expectativa de saberlo todo y ser súper talentosas. Otros trabajos permiten un margen de error bastante amplio. En la crianza, cometer un error podría generar consecuencias profundas en el bienestar de los hijos.

La enorme presión de hacer un trabajo excepcional no puede ser dimensionada y muchas veces conlleva a sentimientos atrapados de preocupación, rechazo, miedo, culpa, vergüenza, entre otras emociones incómodas.

He escuchado en consulta madres que me confiesan sentirse muy arrepentidas de haber sido madres, no de tener a sus hijos, sino del rol como tal. Me quedo pensando, ¿cuánta presión y exigencia pudiera haber detrás de esto para rendirse de tal forma que se arrepientan?

Quizá pensarías, “yo no tengo una idea de madre perfecta” pero, pensemos por un segundo e imagina a la madre perfecta, usualmente es delgada y con el cabello perfecto. Nunca se le ven las raíces, ni canas, y prepara la cena en una cocina reluciente -nunca sucia-. Combina a la perfección su trabajo, gym, hogar y se despierta a las 5AM para meditar, es cariñosa de forma innata y es devota a su familia.

Goodwin y Huppatz (2010) estudiaron el concepto de maternidad en Australia y observaron que “la buena madre” es un concepto que es muy vulnerable a la proyección y a los estereotipos. Sugieren que “es un constructo social que pone presión a las mujeres de desempeñarse con estándares e ideales muy particulares, de los cuales son juzgadas y se juzgan así mismas”.

Todo esto hace que las madres vivan con un durísimo sentido de autocrítica y autocondena, así como con los demás. Y la verdad es que, sucede más automático de lo que pensamos, “Mira David, si su mamá le pusiera más atención ufff sería otro, ni hablar”.

También he escuchado: “Siento que fracaso con Melissa cuando no logro controlar que deje de llorar”. Somos las jueces más duras con nosotras mismas.

La realidad es que los hijos no necesitan madres perfectas, necesitan madres suficientemente buenas, felices, seguras y estables. Por que sí es verdad que existen factores de la maternidad que afectan a los hijos -y a la madre en sí- como vivir bajo violencia, uso de drogas, comportamientos pasivo-agresivos, negligencia, regaños desmedidos, entre otros.

Entonces, lo primero es comprender el mito de la “madre perfecta”, el miedo a no encajar en este rol te distancia de ser honesta y tú misma. Las madres necesitan admitir la ambivalencia: La presión es demasiada y hay que dejar de juzgarse.

Lejos de acercárte a la meta de perfección, te aleja por mucho de los valores familiares que quieres inculcar: honestidad, creatividad, espontaneidad, autenticidad, responsabilidad, etc… Ciertamente no existe una receta para ser madre ni existe manual infalible que te asegure el resultado de tener un hijo perfectamente desarrollado.

Por eso #noesdelocos que te cuestiones tus valores, que es lo que si quieres cultivar en tus hijos, #noesdelocos dedicarte tiempo a ti e invertir en tu desarrollo o deseos fuera de la maternidad y por último, #noesdelocos darle un “ahora no” por respuesta a tu hijo de ser necesario, no te convierte en egoísta y fomenta la individualidad de cada quien.


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