Opinión

El Efecto Motomami

El Efecto Motomami

Esta semana la Secretaría de Cultura de la CDMX sorprendió a las juventudes anunciando el concierto gratuito de Rosalía en el Zócalo de la Ciudad de México. El concierto Motomami será accesible para más de 300 mil personas que pueden llenar la plaza del Zócalo y las calles aledañas.

La noticia cayó como bomba para la clase política y como epidemia de alegría y emoción para jóvenes fans de la artista barcelonesa, que inmediatamente inundaron las redes viralizando contenido en favor de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaum, quien a través de un tik tok dio el anuncio.

Los trending topics de tuiter generaban ilusión en unos y frustración en otros, debido a que los fans se volcaban de alegría, mientras que la oposición al partido en el poder de la CDMX anda Despechá, cuestionando el costo del concierto, comentando que al ser Rosalía estrella internacional el costo debe ser muy elevado y argumentan que con ese dinero se podría arreglar el metro, comprar medicamentos, ayudar a las mujeres, en fin, daban mil y un ideas para invertir ese dinero que lo amerita todo, menos promoción de la cultura pop, que es lo que pretende la administración de la Ciudad de México.

El tema de los conciertos públicos gratuitos no es nuevo en nuestro país. En octubre de 2016, el entonces Jefe de Gobierno Miguel Mancera, llevó a Roger Waters en concierto gratuito al Zócalo capitalino, sobra decir que no escapó a las críticas. Cada año, los diferentes Estados de la República destinan un presupuesto para realizar ferias, festivales o conciertos gratuitos para la gente, con la finalidad de hacerlos accesibles para todas las personas, quienes muchas veces no pueden pagar un boleto de taquilla. Esto se hace como parte de actividades de fomento cultural y recreativo.

En Nuevo León, a partir de la creación de la Secretaría de Cultura realizada por el Gobernador Samuel García, se ha incrementado el número de conciertos públicos con artistas populares en la ciudad, ejemplo de ello es el MACROFEST un festival creado para tener conciertos mensuales con aforos gratuitos de marzo a noviembre, que tan solo en abril se ha anunciado a Santa Fé Klan, Ronda Bogotá y Kumbia Kings, como una forma de acercar la cultura popular a las mayorías regias.

El capital político que se obtiene de esto lo decide la gente en cada elección, ciertamente basados en un contexto mayor, de servicios, obras y beneficios sociales recibidos o no, durante una administración de gobierno, sin embargo puede servir este tipo de eventos para mejorar la reputación de quien gobierna, colocarse en un mejor lugar de las preferencias o salir mejor evaluados en los rankings, pero de eso se trata la labor política, ya que se vive para ganar las siguientes elecciones, sea para reelegirse, apoyar al partido, ganar el congreso, posicionar figuras, vamos, es inevitable.

Pero así como juega a favor en popularidad hacer estas acciones de gobierno, también es material para opositores quienes generan críticas para evitar que crezca el gobernante en turno o para ilustrar el derroche de recursos ante la falta sustancial de servicios. Ayer en el metro de la ciudad de México hubo presencia de humo en un vagón de la Línea 9 del metro, ideal para los críticos de la jefa de gobierno y su gran idea de contratar a Rosalía, ganadora de 17 grammys latinos, uno de ellos en la categoría de Mejor albúm 2023 que lleva por nombre Motomami, mismo que dio nombre a su gira mundial que recientemente ha terminado y que se podrá apreciar quizás última vez en México, este próximo 28 de abril. El humo es solo el principio del incendio inevitable que causará en redes el efecto Motomami.

T. @bupi

IG @IvonneBustosNL


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