El Horizonte
El Horizonte
Hace 10 años, acompañado del nostálgico aroma de la tinta y el papel, emanada de la más moderna rotativa e impulsando el contenido del carro informativo con el entusiasmo de un gran equipo de trabajo comprometido por entero con nuestra sociedad, inició sus operaciones El Horizonte, el más moderno, real y auténtico medio de comunicación convencional que en poco tiempo logró colocarse en el gusto de la comunidad y de paso consiguió cimbrar las vetustas estructuras del monopolio informativo que reinaba en la ciudad, distinguiéndose desde su primer día por decir “la verdad como es...”.
Su servidor, estimado lector, apenas 10 días de iniciadas las operaciones, “reapareció” en las filas periodísticas luego de 32 años de haber escrito su última participación en El Diario de Monterrey tras haberle renunciado a su director, don Jorge Villegas Núñez, quien en su tiempo, luego de muchas vueltas, reconoció que administrativamente poco pudo hacer para corresponder al esfuerzo de tanto trabajo dedicado por el que esto escribe para informar e impulsar a la fiesta de toros.
Con altas y bajas a lo largo de toda una vida transitada, me reencuentro gracias a mi querido Gerardo Vázquez Guajardo “Jordy” con el teclado que se ubica entre usted y yo, y que ha sido la magnífica oportunidad para atravesar el umbral de esa puerta abierta que amablemente se me ofreció como oportunidad para estar presente frente a usted hablando de toros y de paso reconstruir mi vapuleada autoestima.
Elogios, premios, reconocimientos, medallas y nuevas amistades, fueron la sorpresa y el premio a una laboriosa y apasionada labor por “sacar toda esa emoción que uno lleva dentro” impulsando y difundiendo la cultura de la tauromaquia.
Poco tiempo después, mi director Luis Padua corresponde a mis inquietudes y me brindan la oportunidad de un espacio dentro de las páginas editoriales para compartir mis pensamientos en torno al mundo de la política y como dice Catón: “y cosas peores”.
Inicialmente, entre la serena religiosidad de los mensajes dominicales de los padres Noel Lozano y Ron Rolheiser y para tratar de hacer un poco más amena, entretenida y graciosa la lectura del espacio editorial, producto de la creatividad en combinación con el surgimiento de algunos tristes acontecimientos de la realidad, nacen “Los Alcaldes Cobrones”, “El Jinete sin Cabeza”, “El caso del Corrupticidio”, “Tábanos mejor… cuando tábanos pior…”, “Aldo Fuchi”, y muchos más artículos y personajes que le dieron contenido a nuestros editoriales.
Y lo cierto es que en el tránsito de todo este tiempo, 10 años de estar día con día frente a usted, El Horizonte no sólo se ha convertido en un referente de la información veraz, sino también en todo un ícono de la verdad que a la postre le ha costado la enemistad de políticos, empresarios, industriales, comerciantes, sindicalistas y todos aquellos que de alguna forma han quedado evidenciados en las prácticas de la deshonestidad.
Con altas y bajas, como un miembro vivo más de nuestra sociedad, El Horizonte ha tenido que sortear todas las vicisitudes y contratiempos naturales y contrariedades propias de políticas provocadas por su existencia que, diligentemente superadas, nos han obsequiado el respeto y una gran reputación entre la comunidad.
Es de reconocer que El Horizonte irrumpió hace 10 años en el mercado de las noticias con muchísima fuerza, tanto que en el monopolio de los competidores vieron afectados sus intereses interponiendo sus “zancadillas” que a diestra y siniestra han intentado desestabilizar la armonía en la operación de nuestro medio. Y ante esto, nunca pudieron menguar el profesionalismo, el compromiso y el espíritu de servicio que tenemos y sentimos con toda la sociedad todos los que colaboramos en El Horizonte.
Por ello, ahora que conmemoramos 10 años de existencia en el que hemos visto pasar presidentes, gobernadores, alcaldes, pandemias y un largo etcétera de vicisitudes, refrendamos ante usted nuestro compromiso no sólo de informar, sino señalar, criticar y hacer valer con fuerza y valor, la voz clara del sentido común en consonancia con el espíritu que como estandarte a distinguido a El Horizonte: “la vedad como es”.
Por hoy es todo, medite lo que le platico, estimado lector, esperando que el de hoy sea un reflexivo inicio de semana, por favor cuídese y ame a los suyos; me despido honrando la memoria de mi querido hermano Joel Sampayo Climaco con sus palabras: “Tengan la bondad de ser felices”. Nos leemos, Dios mediante, aquí el próximo lunes.