El nuevo (des)orden mundial
El nuevo (des)orden mundial
Desde hace tres décadas aproximadamente, a partir de los años 90, el mundo fue unipolar; es decir, un solo polo de poder y decisión. La hegemonía estadounidense sobre el resto de naciones e instituciones internacionales lideró prácticamente en su totalidad la creación y funcionamiento del orden mundial. No existía situación internacional relevante donde EUA no determinara la decisión final y pronunciara la última palabra para definir la historia del suceso.
Mi análisis y prospectiva: EUA continúa siendo la primera potencia global, eso no esta en cuestión aún. Sin embargo, aunque no se puede establecer una fecha exacta o un suceso en lo particular, durante el año 2022 se pudo observar el posicionamiento de China como principal competidor que desafía el liderazgo de EUA en distintos ámbitos, lo cual le ha conferido crear sus distintas zonas de influencia, provocando una transición hacia un mundo bipolar; es decir, dos polos de poder y capacidad de decisión global.
Al menos tres ámbitos fueron trastocados significativamente durante 2022. Primero, el geopolítico. Además del posicionamiento referido sobre China, el conflicto militar Rusia-Ucrania detonó múltiples alertas y distintas reacciones de todas las naciones y de organismos internacionales –principalmente la ONU–. Derivó en el segundo ámbito, el energético.
La crisis energética, completamente originada y provocada por conflictos y diferencias geopolíticas, rápidamente evolucionó en afectar un tercer ámbito, el económico, caracterizado por una inflación generalizada y la escasez de todo tipo de suministros inclusive para potencias económicas. Dado lo anterior, las naciones comenzaron a priorizar la generación de energías renovables para sustituir la escasez provocada de combustibles fósiles.
En foros internacionales, las naciones han concluido que la década actual sería el punto de inflexión determinante para acelerar la generación de energías renovables, que a su vez ayuden a mejorar el medio ambiente. Se establecieron metas internacionales para generación de energías limpias que aún están en duda; sin embargo, nuevas potencias energéticas surgirán o se consolidarán en esta década.
Nadie sabemos lo que pasará en 2023, pero seguramente será un año muy competido y dinámico para las potencias globales que buscan mantener, expandir, o posicionar su hegemonía. Todo lo anterior, ha creado un nuevo orden mundial producto de un desorden de múltiples aspectos que por años habían permanecido en relativa estabilidad. Distante quedó el “statu quo”.