Opinión

El Popocatépetl despierta: ¿qué puede pasar?

El Popocatépetl despierta: ¿qué puede pasar?

Amenaza el Popocatépetl con hacer erupción, y me puse a leer lo que escribió en sus cartas Plinio el Joven sobre la erupción del monte Vesubio, en el año 79.

La región que rodea el Vesubio, la Campania, era casi un paraíso terrenal. El tío de Plinio el Joven, llamado Plinio el Viejo, había estudiado como almirante, explorador y erudito, todos los volcanes conocidos del mundo antiguo, menos el Vesubio, por considerarlo un volcán extinguido, digamos que muerto. Empero, no sería el primer muerto que resucitara.

Los Plinios vivían lejos del Vesubio, en Miseno. Un buen día divisaron en el horizonte un hongo gigantesco de humo, alzándose 33 kilómetros a lo alto.

Plinio el Viejo no quiso perder la oportunidad de estudiarlo de cerca. Preparó una flotilla de barcos para navegar hasta el lugar de los hechos. Antes de zarpar le llegó una carta de su amiga Rectina que vivía cerca del Vesubio: “no hay huida posible”.

Los marineros sabían que no volverían a casa. Primero llovió sobre sus barcos cenizas, luego piedras pómez, luego pesadas rocas negras. Así, durante 18 horas.

Cuando el timonel le exigió regresar, Plinio el Viejo le respondió con una cita memorable: “La fortuna ayuda a los valientes”.

Ya en tierra firme, en Estabia, Plinio el Viejo supo que el ganado había muerto durante los pasados años, asfixiado por gases tóxicos.

Las ovejas morían al respirar emanaciones del suelo como dióxido de carbono y sulfuro (lo mismo que ahora respiramos por la contaminación).

Las erupciones de volcanes hacen estragos muchos años antes de que se detonen. Y eso que Estabia se había fundado a decenas de kilómetros del Vesubio.

¿Lo mismo pasa con el Popocatépetl? Sí. También ganados enteros mueren intoxicados con el dióxido de carbono, porque tienen sus cabezas más cerca del suelo que nosotros, de manera que aspiramos en menos dosis el veneno que asciende por abajo hacia el Popocatépetl. Aunque ahora el dióxido de carbono no emana del suelo, sino que flota en el aire.

Plinio el Viejo sintió en su cara la avalancha de gases y rocas y el temblor de la tierra. Alcanzó a escribir y enviar unas cartas de despedida. Decidió seguir a Pompeya. Imposible. Todo lo cubría la oscuridad y el calor sofocante.

Vientos de fuego de 100 kilómetros por hora barrieron la Campania. Los habitantes de Herculano, pueblo cercano, murieron al instante, abrasados por un magma de 400 grados Celsius.

Las víctimas del Vesubio fueron descubiertas días después bañadas de lava, con un gesto de terror por el impacto térmico, los tendones contraídos por el calor y puños apretados, como si boxearan.

Hallaron también en Estabia el cadáver de Plinio el Viejo. Cuenta su sobrino, Plinio el Joven, que su tío tenía signos de asfixia; sin embargo, su gesto era de placidez y el cuerpo intacto, como si durmiera.

La fortuna no ayuda a los valientes, pero enseña a bien morir a la gente sabia.

Mañana: el famoso pintor mexicano que fue testigo del nacimiento de un volcán. 


Etiquetas:
×