¿Es la hora cumplida para el PRI como decía Octavio Paz?
¿Es la hora cumplida para el PRI como decía Octavio Paz?
Hace tiempo invité a cenar a mi casa a Héctor Morales. Mi amigo es uno de los políticos del PRI que mejor defiende las banderas del tricolor con apasionada convicción y al mismo tiempo tiende puentes con las fuerzas antagónicas de su partido. Su confianza con personalidades prominentes, desde Luis M. Farías hasta César Garza Villarreal, le otorgaron una experiencia inusual entre servidores públicos actuales.
En esa cena, Héctor me argumentó por qué el PRI merece seguir siendo un factor a considerar en el sistema político mexicano.
Me habló del IMSS y las demás instituciones sociales que forjaron lo que se llama el Estado de Bienestar, del que México fue representativo a nivel global y que nada tiene que ver con los remedos clientelares de la era decadente.
Yo opiné que el PRI cabe en un sistema democrático que en el México actual oscila entre la zozobra y las resistencias inerciales; un sistema no de hombres fuertes ni de caciques regionales, sino de instituciones sólidas y de pluralidad electoral.
No hay uno sino dos despeñaderos en su destino que ya se le han atravesado a lo largo de su historia: por un lado el barranco del populismo. Por otro, el barranco de la derechización o su versión globalizada del neoliberalismo.
A diferencia de Octavio Paz, y de su ensayo PRI: Hora cumplida (Vuelta, 1985), dudo que ese partido afronte el riesgo de una caída fatal, sino el riesgo de una lenta difuminación.
¿Cómo podrían los priistas conjurar este riesgo? Con sangre nueva. La salvación de ese instituto político que antes fue no un partido sino un entero, pasa por promover a jóvenes en cargos de elección popular. Sin jóvenes, el PRI será sólo una franquicia revestida de mala fama.
Pero candidatos jóvenes deben ir acompañados por priistas de reputación probada surgidos de las regiones, la reflexión sabia y el trabajo de campo.
Los hay, y de trayectoria intachable. “¿Cómo quién?”, me preguntó Héctor Morales y yo no dudé en responder antes de embestir los postres: “como Héctor Morales”.
En un próximo artículo analizaré el futuro del PAN en Nuevo León y en el país. ¿Cuáles son los retos que afronta el partido que creó Manuel Gómez Morín?