Opinión

Infiltrados en el gobierno de Samuel García

Infiltrados en el gobierno de Samuel García

La novela El topo de John le Carré trata sobre un agente doble de espionaje. Es decir, sobre un infiltrado.

En el gobierno de Samuel García también hay “topos” en varias dependencias oficiales; es decir, agentes infiltrados que están bajo contrato de los enemigos.

No tendría nada de malo que estos topos respondieran a otros intereses si desempeñaran correctamente su trabajo. El problema es que no están ahí para trabajar, sino para espiar. Y para robar.

El topo o agente infiltrado no sólo espía, sino que avienta curricanes, pone trampas para hacer quedar mal al gobierno al que debe rendir cuentas. De ahí su corrupción.

¿Pruebas? Las tengo. ¿Las haré públicas? Por supuesto que sí.

Con más razón porque estos “topos” o agentes infiltrados son además unos corruptos marca diablo.

Dado que no tienen lealtad con sus jefes, ni honestidad con sus superiores, están ahí para joder el aparato público; para hundirlo, abriendo túneles por debajo del suelo… sí, como los topos.

Un enemigo jamás te traicionará porque no hay persona más franca que un enemigo. Siempre sabrás qué esperar de él.

Un topo, un agente infiltrado, está ahí precisamente para traicionarte.

Su función es espiar cada movimiento tuyo, darte la espalda y clavarte la daga en el instante más inesperado.

Hay una refrán en latín que usa mucho el gobernador Samuel García: “Roma no se hizo en un día”.

Hay otro refrán también en latín que dice: “Roma no paga traidores”.

Para no pagar a los traidores, primero habrá qué desenmascararlos.

Vamos a exhibirlos en esta columna la próxima semana y de paso vamos a limpiar el pantano de la política en Nuevo León.

Y ahora el turno es tuyo: ¿estás de acuerdo con evidenciar a los corruptos y traidores?

Déjame tu respuesta en eloygarza1969@gmail.com o en mi WhatsApp: 81 31 28 43 81.

¡Hasta pronto! 


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