La crisis heredara del foxismo
La crisis heredara del foxismo
En el sexenio de Vicente Fox se deterioraron las instituciones político-democráticas, la gobernabilidad se vio fracturada. En contraparte surgen programas como el Seguro Popular y la tecnificación educativa, que se convierten en pilares del sexenio.
El Seguro Popular resultó un éxito, la multimedia y el uso de las TIC como herramienta didáctica son aportes sociales del foxismo, también se inicia la pensión a adultos mayores, que hoy es programa insignia en la 4T.
La participación ciudadana como parte de la democracia participativa cobra vigencia, se reclama la gobernanza en los gobiernos. Algunos municipios en Nuevo León implementan las auditorías ciudadanas en sus obras de infraestructura. Inicia el proceso para legislar la participación ciudadana en la vida democrática.
En contraparte, la pobreza crece y junto a la crisis de gobernabilidad, así como la mala estrategia para sobrellevar la relación institucional con el entonces jefe del Distrito Federal, Andrés Manuel López, dañan la imagen gubernamental. El mayor reto fue motivado por pretender desaforar al político tabasqueño.
Fox busca imponer candidato al interior del panismo, para entonces Felipe Calderón había roto con él y se destapa en Jalisco y Michoacán como el precandidato presidencial panista separado del oficialismo, su lema fue “el hijo desobediente”, frase surgida de una canción vernácula y en alusión a su rompimiento con el mandatario.
Gana la candidatura y contiende contra un crecido Andrés Manuel que gracias al juicio por el desafuero alcanza niveles nacionales en su imagen, queda como la víctima de Fox quien un día sí y otro también expresa su deseo por separarlo del gobierno en el DF, la consecuencia es que el oficialismo construyó la imagen y campaña al opositor de izquierda.
Fue una contienda de dos candidatos fuertes y un ilegítimo Roberto Madrazo quien secuestra la candidatura del PRI, tal como lo hiciera Ricardo Anaya con el PAN en 2018. El PRI queda en un lejano tercer lugar donde los primero y segundo sitios electorales se separan por sólo 0.5 puntos porcentuales.
El triunfo de Felipe Calderón se ve empañado por una campaña de guerra sucia que abona en sus votos y es emprendida desde la presidencia misma junto a grupos de poder económico integrados en organismos patronales.
Una de las más efectivas fue la campaña mediática del “cállate chachalaca”, en donde el candidato de las izquierdas, fuera de sus casillas, arremete contra Fox exigiendo se saliera de la contienda, su expresión fue utilizada equiparada con la empleada por Hugo Chávez contra el rey de España en una reunión de naciones de habla hispana.
La consecuencia es falta de legitimidad en el éxito de Calderón, si bien fue legal su triunfo, no logra consolidar la validez moral del mismo, la legislación no había sido suficiente para contener las acciones inadecuadas emprendidas desde el poder.
La legislación electoral surgida en la crisis por legitimidad con Ernesto Zedillo en la elección 1994 y que deriva en la ciudadanización del IFE y la fuerza del Trife para calificar las elecciones como forma de garantizar la legalidad, transparencia y legitimidad a los procesos electorales, pierde vigencia; las ardides de los actores políticos obligan a modificar el Cofipe (legislación electoral) para reestablecer la gobernabilidad en el país.
En 2007 se transforma la legislación político-electoral para atender los reclamos de las izquierdas y con ello transitar a la gobernabilidad. La democracia mexicana estaba herida de gravedad y se legisló con parches.