Opinión

Más caro el caldo que las albóndigas

Más caro el caldo que las albóndigas

En días pasados el gobierno del estado presentó un plan maestro para combatir la contaminación de la zona metropolitana de Monterrey, en uno de los ejes que se dieron a conocer se mencionó la plantación de un millón de árboles para la zona metropolitana.

En días pasados, el secretario Félix Arratia presentó junto al subsecretario Alfonso Martínez y el director de la Asociación Reforestación Extrema, Cosijopi Montero, el presupuesto que requerirá el gobierno del estado para cumplir esa meta de plantación de árboles. El secretario Arratia explicó que el monto por la plantación de 200,000 árboles por año será de $100 millones de pesos (a lo largo de la administración de Samuel García), indicando que es un estimado y que el monto podría ser mayor; esto implicaría que el total de presupuesto de inversión del estado en el programa será de $500 millones de pesos, lo anterior únicamente para garantizar el cuidado y sobrevivencia de las especies, ya que este monto no incluye la compra de árboles cuya convocatoria seguiría pendiente.

Plantar árboles es como bachear las ciudades, no hay manera de contabilizarlos o saber si funcionó el programa, sobre todo cuando no se da a conocer el proyecto completo con las zonas que serán arborizadas, etapas y principalmente cuando se hace sin el acompañamiento social de los vecinos de cada área, quienes podrían participar en la planeación de arborización y dar fe de la realización de las actividades. Es imposible llevar una contabilidad precisa o tener un inventario de árboles sin herramientas tecnológicas, además de asesoramiento de especialistas, que entendemos es lo que ofrece la Asociación Reforestación Extrema, que operará el programa; sin embargo, dado el monto estimado de inversión equivalente a $500 millones de pesos, esos servicios deberían ser concursados, no realizados bajo convenio de colaboración con la asociación, lo cual lo convierte en una asignación directa.

Misma historia para la adquisición del millón de árboles, que quizás para esquivar una convocatoria de ese tamaño, Medio Ambiente planea hacer compras menores en varias etapas hasta llegar al número planeado de especies.

Hace algunos años, en una reunión con la cámara de la construcción ante el cuestionamiento acerca del por qué no plantaban árboles en sus obras como la ley lo exige, ellos respondieron que no plantaban árboles porque efectivamente la ley lo exige pero que los municipios los obligaban a comprar vales en los viveros municipales, por el número de árboles equivalente al tamaño de la obra, y era el propio municipio quien se encargaba de la plantación, por lo que volver a comprar árboles para plantarlos ellos en sus construcciones sería pagar el costo dos veces. Uno de ellos dijo: si el municipio plantara todos los árboles que pagamos los constructores, esta ciudad se vería verde.

Así pues, con esta propuesta que nos hace Medio Ambiente de Nuevo León, el precio para tener bosques urbanos nos va a costar muy caro, aunque sin duda alguna lo necesitamos y dado que es la única opción que nos da el estado, entonces como dijeran las abuelitas, nos va a salir más caro el caldo que las albóndigas.

T. @bupi

IG. @IvonneBustosNL


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