Peso Pluma está pesado: ¿hay que seguirle la pista?

Peso Pluma no es un fenómeno artístico sino social. Muchos millennials y centennials mexicanos se ven reflejados en este joven oriundo de Zapopan, Jalisco.

Da igual si las letras de sus corridos las escribieron en ChatGPT, o si musicalmente son básicas o elementales.

Lo importante es que Peso Pluma es un espejo de la vida que llevan estos jóvenes; vidas muy diferentes a la de sus abuelos pachucos o sus padres cholombianos.

Cuando un chavo de Monterrey canta un corrido tumbado, o un corrido bélico, con una cheve en la mano y en la otra simulando que dispara una cuerno de chivo, no grita al mundo que quiere ser narco; está clamando por sumarse a una identidad de violencia que no la inventó él; la crearon los políticos coludidos con el narcotráfico; la crearon los alcaldes y los diputados y los jueces aliados con el crimen organizado.

Así que cuidado con señalar como culpables a estos jóvenes que en realidad son víctimas de una descomposición social que provocó la propia autoridad pública, esa misma que ahora quiere vetar de las redes sociales y las radiodifusoras el corrido tumbado o bélico.

¿Sirvió para algo que en los años 70 se prohibiera en los medios principales difundir corridos de Los Cadetes de Linares? No.

¿Sirvió de algo que ya entrado el Siglo XXI se prohibiera en la radio los narcocorridos? No.

¿Servirá de algo que ahora se intente vetar (cosa imposible porque las redes sociales se alimentan de aquello que censuran los medios tradicionales) el corrido tumbado o el corrido bélico? No.

En vez de decir que no es música lo que canta Natanael Cano (22 años), Junior H. (21 años), Gabito Ballesteros (24 años), y sobre todo Peso Pluma (23 años), analicemos por qué se identifican con ellos los chavos urbanos y rurales del México moderno.

Y ahora el turno es tuyo: ¿Crees tú que Peso Pluma es un fenómeno social al que debemos seguirle la pista?

Déjame tu respuesta en eloygarza1969@gmail.com o en mi WhatsApp: 81 31 28 43 81.

¡Hasta la vista!