¿Quién eres tú y porqué has llegado a ser lo que eres?
¿Quién eres tú y porqué has llegado a ser lo que eres?
Entre griegos y romanos se popularizó la frase “Conócete a ti mismo”.
Para saberlo, los audaces acudían a santuarios iniciáticos como el Eusis y el oráculo de Delfos para someterse a pruebas de resistencia mental y física, en un viaje que culminaba en la averiguación de quién eres.
En las escrituras védicas, se cuenta que vivimos la era del Kali iugá (“era de riñas y polarización”) período de la diosa Kali, último de los cuatro ciclos que componen la historia del universo y que comenzó cuando dos ejércitos se negaron a orar en la caída de la tarde, para continuar la carnicería entre tinieblas: fue la guerra de Kurukshetra.
Esta etapa la define el crimen, el materialismo, el desorden y la codicia.
Será (seremos) el último período antes de que el mundo vuelva a empezar y regrese la Edad de Oro, al Satyá-iugá.
Los Vedas narran estos hechos: describen el Kali iugá, cuando olvidamos quienes somos.
Y para remediarlo, los Vedas proponen un juego escrito en sánscrito. Lo llaman el Vichara, que significa “juego de la indagación del yo” y trata de saber quiénes somos.
¿Quieres jugarlo?
El juego consiste en lo siguiente: en un papel escribe la pregunta: “¿quién soy yo?”.
Tendrás que responder con simpleza; dos minutos como máximo para su respuesta.
Luego repite la misma pregunta: “¿Quién soy yo?”, pero tendrás que dar una respuesta quitando cualquier referencia corporal: no puedes referirte a tu imagen: a tu estatura, complexión, tez o señas particulares. No puedes decir soy hombre, soy mujer, soy alto, soy bajo.
Por tercera vez responderás a la pregunta: “¿quién soy yo?”, sin recurrir al mínimo dato biográfico; sin referirte a ideas y creencias, filias o fobias, simpatías o diferencias; no podrás escribir sobre tus aficiones, o si eres fan de algún equipo de futbol, cantante, artista, partido político o religión.
Una vez que respondas a esta pregunta, repetida tres veces, no sabrás todavía quién eres, pero habrás dado el primer paso para saberlo, porque ya tendrás claro quién NO eres.
No somos nuestro cuerpo: la ciencia sabe que cada siete años las células del organismo se regeneran por completo.
Sin embargo, mantenemos la conciencia de nuestra identidad propia.
Seremos más viejos, nos saldrán arrugas y canas, achaques múltiples, pero seguiremos teniendo conciencia del yo, que es lo contrario del ego.
La biografía puede cambiar y lo mismo puede pasarle a nuestras ideas y creencias, pero pese a esta mutación de tendencias, hábitos y gustos, uno mantiene la conciencia de la propia identidad.
¿Cómo ser felices? Los Vedas aconsejan que primero sepamos quiénes somos.
Aquellos que lo saben conocen el papel que le corresponde en su vida y el universo. Y son como anunciadores del retorno a la Era de Oro, a la Satyá-iugá. Eso es la sabiduría.
Por el contrario, quien no sabe quién es, está sometido al sufrimiento inútil.