Un museo menos
Un museo menos
Los políticos por desconocer y no encontrarle sentido a la historia de Nuevo León son apáticos a las diversas manifestaciones del patrimonio cultural. Para ellos, cualquier acción orientada al fortalecimiento de la cultura y las artes es una inversión inútil. Por esta razón, no tienen empacho en restarle presupuesto al rubro o cerrar espacios destinados para su difusión, como sucedió hace más de un año con el Museo del Palacio, veámoslo a continuación.
El colosal inmueble comenzó a edificarse el 1 de agosto de 1895, durante la gubernatura del Gral. Bernardo Reyes. Este proyecto fue llevado a cabo por la Junta de Mejoras Materiales, quien encomienda los planos arquitectónicos al ingeniero militar Francisco Beltrán y la construcción del edificio a Marín Peña. El estilo arquitectónico es ecléctico –aunque algunos lo consideran neoclásico tardío–, propio de las construcciones monumentales de finales del Siglo XIX. El costo total de la obra fue de $859,453.40 pesos. Su estructura y muros son de sillar y el acabado exterior de cantera traída de San Luis Potosí, gusto excéntrico que costo más de $89,000 pesos. Para los trabajos de albañilería se contrató a muchas personas migrantes que radicaban en el barrio de San Luisito, que después de 1910 será llamado Independencia.
Su construcción duró 13 años, inaugurándose el 16 de septiembre de 1908. Lo que en su tiempo se consideró el nuevo Palacio de Gobierno, pronto se convierte en el edificio más emblemático de la zona que hoy ocupa la Macroplaza. Dado el crecimiento de la población y la demanda de nuevas oficinas gubernamentales, el inmueble fue desprendiéndose de varias dependencias, las cuales tuvieron sus propios edificios. Con motivo de la realización del Fórum Universal de las Culturas, celebrado en Monterrey del 20 de septiembre al 8 de diciembre de 2007, durante el gobierno de José Natividad González Parás (2003-2009), se determinó, entre otros proyectos, la configuración de los Tres Museos: con la puesta en uso como galería de varios de sus espacios se crea en 2006 el Museo del Palacio de Gobierno, y al Museo de Historia Mexicana, que ya existía, se le anexó en 2007 el Museo del Noreste.
El Museo del Palacio estuvo ubicado en la planta baja del palacio, integrado por más de 400 piezas, entre ellas obras de arte, documentos, fotografías e indumentaria, distribuidas en cuatro salas temáticas. En ellas el usuario podía asomarse a las etapas históricas nuevoleonesas de los siglos XIX y XX; recrear los momentos históricos de los gobiernos liberales y sus principales iconos, revivir el ambiente científico del benemérito Dr. Gonzalitos, la galería de los gobernantes, entre otras. En cuanto al edificio, debemos reconocer que fue un espacio desde el cual se escenificaron las batallas históricas del Nuevo León moderno, pero esta relevancia histórica parece que no cautivó en lo más mínimo al gobernador del estado al determinar con un pretexto de inseguridad el cierre del espacio museístico de este inmueble.
Debido a los actos de vandalismo ocurridos en la fachada e interior del palacio el 8 de marzo de 2022, durante la marcha feminista del 8M, en donde se rompieron los vitrales, se incendiaron las puertas del frente y en el interior se rayaron algunas paredes, las autoridades de los Tres Museos comunicaron ese mismo día el cierre del espacio, sin aclarar si era temporal o definitivo. En 2017, también fueron dañadas las puertas y los vitrales; sin embargo, el gobierno no cerró el museo. En lugar de erradicar la inseguridad del lugar con policías entrenados para estos casos, vallas con todas las medidas que se implementan en este tipo de situaciones, el gobierno del estado indolentemente decidió cerrar definitivamente el museo, el espacio que se destinó a las galerías hoy es ocupado por la Consejería Jurídica y una sala de juntas. ¡Vaya triste fin de un museo de historia!
Hay que decirlo con toda claridad, no es la primera vez que la actual administración actúa con indiferencia e insensibilidad en la preservación del patrimonio cultural. Baste señalar tres ejemplos: el archivo histórico del Poder Ejecutivo está en el olvido, sin presupuesto y sin espacio para incorporar nuevos acervos, a pesar de la promesa de un nuevo edificio; el año pasado anunció con bombo y platillo la repartición de $30 millones de pesos para los 51 municipios de la entidad a fin de que lo invirtieran en proyectos culturales. ¿Qué se puede hacer con tan raquítico presupuesto? El colmo, denominó esta acción como una inversión histórica en materia cultural. ¿Humor negro o ignorancia? Es lamentable que nadie haya alzado la voz para reprobar este atropello al patrimonio histórico; en su momento la Junta Arqueófila con el Dr. Amado Fernández Muguerza a la cabeza o el historiador don Santiago Roel Melo habrían puesto el grito en el cielo para evitar el daño a nuestro patrimonio.
Un gobierno humanista fomentaría el quehacer cultural con museos de vanguardia, publicaciones históricas, acervos documentales con eficaz resguardo y digitalización, pero como este gobierno está bajo el signo del Instagram, considera que la identidad del estado se forja contando historias fantásticas que sólo existen en su imaginación.
En conclusión, Nuevo León demanda que su gobierno respete y fomente los valores e identidad de lo único que importa: el orgullo de ser nuevoleones.