EUA busca socios para chips informáticos
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, sostuvo un reunión con ejecutivos tecnológicos japoneses.
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Septiembre
2022
Una nueva ley que busca impulsar el apoyo para la fabricación de chips informáticos en Estados Unidos, lleva a la vicepresidenta Kamala Harris a sostener una reunión con ejecutivos tecnológicos japoneses en busca de socios e inversiones.
La reunión matutina en su último día completo en Tokio refleja el interés de la administración por impulsar la fabricación de semiconductores y ampliar la cadena de suministro de materiales críticos.
La vulnerabilidad de la economía a las interrupciones en el flujo de chips informáticos se puso de manifiesto durante la pandemia, cuando la escasez contribuyó a aumentar los costes y a paralizar el montaje de coches y otros productos.
"Los ciudadanos y la gente de nuestros países dependen de productos sin saber a veces hasta qué punto esos productos dependen de los chips semiconductores", dijo Harris durante la reunión en la residencia del embajador estadounidense.
Dado que China está invirtiendo en sus propios chips informáticos, Estados Unidos está tratando de aumentar su producción nacional de semiconductores, al tiempo que trabaja para consolidar sus relaciones tecnológicas con Corea del Sur, Taiwán y Japón.
Harris dijo que Estados Unidos entiende que "ningún país puede satisfacer la demanda mundial" y "es importante que nosotros y nuestros aliados nos asociemos y coordinemos de manera que nos permita crecer y de manera que nos permita funcionar a un nivel muy práctico".
La legislación firmada por el Presidente Joe Biden, conocida como Ley CHIPS y de Ciencia, incluye 52.000 millones de dólares para subvenciones e incentivos a las empresas de semiconductores, además de un crédito fiscal del 25% cuando inviertan en instalaciones estadounidenses. También hay unos 200.000 millones de dólares durante la próxima década para apoyar programas de investigación.
Harris describió la legislación como "un anticipo del futuro liderazgo estadounidense", pero subrayó que "consideramos que Japón desempeña un papel muy importante y crítico".
Para Jimmy Goodrich, vicepresidente de política global de la Asociación de la Industria de Semiconductores, "hay una gran oportunidad y un espacio significativo para futuras inversiones" que implican a Japón.
Aunque Japón fue en su día líder mundial en la fabricación de chips informáticos, su estatus se ha erosionado en las dos últimas décadas, y el país está cada vez más preocupado por quedarse atrás.
Al igual que ha hecho Estados Unidos, Japón ha creado su propio fondo para apoyar la producción de semiconductores. De los 4.300 millones de dólares, 3.300 millones se destinarán a subvencionar una nueva fábrica en Kumamoto, en el suroeste del país.
Está previsto que la instalación comience a producir a finales de 2024, y es una asociación entre Taiwan Semiconductor Manufacturing Co, Sony Group y Denso.
Entre las empresas que participaron en la reunión con Harris figuran Tokyo Electron, Nikon, Hitachi High Tech Group, Fujitsu Limited y Micron, entre otras.
Cuando Biden estuvo en Japón a principios de este año, las dos naciones acordaron trabajar juntas en materia de chips informáticos, incluso a través de un grupo conjunto centrado en el desarrollo de tecnologías más potentes.
Se teme que, si Japón tarda en actuar, los frutos de la iniciativa de Biden puedan ser arrebatados por otro aliado asiático más preparado, Corea del Sur.
Yasutoshi Nishimura, ministro japonés de Economía, Comercio e Industria, ha insistido repetidamente en la alianza entre Estados Unidos y Japón en materia de semiconductores, así como en energía y otras cuestiones.
En reuniones recientes con la secretaria de Comercio de EE.UU., Gina Raimondo, y con el embajador de EE.UU., Rahm Emanuel, Nishimura ha prometido crear este año una instalación para la investigación de chips semiconductores en Japón, y ampliar la alianza en materia de semiconductores con otros aliados, incluidos Europa y Taiwán.
Atsushi Sunami, profesor del Instituto Nacional de Posgrado para Estudios Políticos, o GRIPS, en Tokio, señaló que los inconvenientes para que Japón aborde la tecnología de semiconductores avanzados pueden tener su origen en la opinión de que Japón no debe involucrarse en estudios de defensa.
Esa opinión se deriva del papel de Japón en la Segunda Guerra Mundial y de las opiniones pacifistas predominantes, tanto en Japón como en los círculos internacionales, que surgieron tras su derrota. Pero Sunami subrayó que era necesario un rápido replanteamiento, y que los movimientos de EE.UU., dada la alianza entre EE.UU. y Japón, podrían ser una oportunidad para Japón.
"A medida que se intensifica la competencia hegemónica entre Estados Unidos y China, la forma en que Japón espera posicionarse en la pugna por las normas y el establecimiento de reglas internacionales, y la formación estratégica de alianzas entre las naciones, así como entre las empresas, tendrá una importancia crítica", dijo en un informe a principios de este año.
Con información de AP.
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