Opinión

Alcaldesa

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 16 Julio 2025, 01:49

Para las elecciones municipales del 9 de noviembre de 1988, el PAN fue el primero en designar precandidatos para ocupar la alcaldía regia. Después de una contienda interna, triunfó quien sería la primera mujer en disputar la capital nuevoleonesa. Veámoslo a continuación.  

A mediados de julio, Pablo Emilio Madero, dirigente estatal del PAN, anunció a los medios que existía una terna de aspirantes a la alcaldía regia, integrada por Teresa García de Madero, Daniel de la Garza y Luis Santos de la Garza.

La noche del 20 de julio, Teresa García manifestó su decisión de participar en la contienda interna panista para “sacar a Monterrey de su imagen de ciudad sucia y abandonada. Me interesa mucho ya registrarme porque es un hecho que la ciudadanía de Monterrey espera que Acción Nacional les brinde una opción, y yo he trabajado en el sentido de que quiero trabajar activamente en el servicio público”.

El día 26 registró su precandidatura, acto en el que estuvo acompañada por sus hijos Manuel y Bernardo, así como José Luis Coindreau, Fernando Canales, Raúl Monter, Alfredo Corrella y Lily Chávez, con quienes se había reunido horas antes en el restaurante Residence. Indicó que este era un gran paso en su vida, en el que adquiría una gran responsabilidad. Por esta razón, tuvo que contar con el apoyo de su familia, “pues de otra manera, aunque las posibilidades de ganar sean muchas, no hubiere aceptado la candidatura

Un día después, la prensa informó que Daniel de la Garza había declinado postularse como precandidato, en virtud de “no querer arriesgarse a participar en un proceso electoral amañado”. Solamente se atrevería a destaparse como aspirante “de surgir cambios que aseguraran la limpieza de los comicios del 9 de noviembre”.

El día 28, la precandidata expresó a un medio local “que un grupo de panistas vieron con recelo que una mujer de su partido buscara el cargo de alcaldesa”, por lo que temía más a la elección interna de su partido que a los comicios del mes de noviembre. “Hay algo de recelo de algunos panistas porque, cuando registré mi precandidatura, no vieron con buenos ojos el hecho de que una mujer pueda llegar a ser alcaldesa de Monterrey. Son actitudes machistas fuera de época el pensar que las mujeres no podemos desempeñar bien un puesto administrativo de esta naturaleza”. Señaló que, de llegar a ser candidata, realizaría una campaña política de tiempo completo, basada únicamente en propuestas “y no en críticas hacia otros partidos, como algunos compañeros panistas lo hicieron. Me expresaré cordialmente, de tal forma que convenza a los ciudadanos”.

Con la renuncia de De la Garza, todo indicaba que Teresa Madero sería la única precandidata. Sin embargo, el 18 de agosto, ante Madero Belden, Herminio Gómez Rangel registró su precandidatura. El presidente del comité municipal, Raúl Monter, señaló que un grupo de panistas encabezado por Francisco Acosta había invitado a Gómez Rangel para que contendiera contra Teresa García de Madero. “Nosotros la aceptamos y nos satisface Herminio porque con ello demostramos que dentro de nuestro partido hay un claro indicativo de democracia”, comentó Monter

El 21 de agosto, en el Teatro Calderón, se llevó a cabo la convención municipal, la cual resultó reñida porque tuvo que llevarse a cabo una segunda ronda. Después de cuatro horas, Teresa García de Madero logró imponerse a Herminio Rangel por un solo voto. Las votaciones se desarrollaron en un ambiente tenso: en la primera ronda, García de Madero obtuvo 97 sufragios contra 82 de Herminio, cifra que no reunía el requisito de obtener el 66% del total. En la segunda ronda, este requisito ya no fue indispensable, de acuerdo con los estatutos de dicho partido. Ella obtuvo 88 votos y Herminio, 87. Al ser declarada triunfadora, García de Madero expresó que su participación no sería un riesgo para el partido, sino para el sistema, “ya que reafirmaba la existencia de un cambio político”. Por su parte, Herminio Gómez comentó que apoyaría la candidatura de la diputada panista: “Si no me eligieron para alcalde, seguiré en la oscuridad del partido, pero seguiré luchando por la democracia y la razón de la comunidad”.

La candidata panista había nacido en Monterrey. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en el Instituto Matter. Después viajó a Inglaterra, donde estuvo dos años estudiando el bachillerato. Regresó a Monterrey para estudiar la licenciatura en Letras Españolas en la Universidad Labastida. Desde muy joven se interesó en la política, siendo influenciada por su madre, doña María Teresa Segovia, quien fue de las mujeres que participaron en las manifestaciones contra el libro de texto único y obligatorio en 1962. Se casó con Manuel Rolando Madero, con quien procreó dos hijos. Tenía 42 años al momento de la precampaña. Su idea de buscar un puesto público fue “para defender los valores de los mexicanos: la familia, la libertad, la democracia y el derecho a educar a los hijos conforme a los propios principios”. Fue así como se originó su candidatura en 1985 para la diputación del segundo distrito local, que ganó.

Esta sería la primera vez en que una mujer lucharía por tomar las riendas de la alcaldía regia. Su participación daría nuevos aires a unas elecciones municipales petrificadas por la imposición, el machismo y el desaseo político.

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