Alma color salmón y no del montón
Sección Editorial
- Por: P. Noel Lozano
- 03 Agosto 2023, 23:50
El salmón es un pez que se caracteriza por ir contracorriente. Ir contracorriente no es nada sencillo, implica estar desde un inicio dispuesto a luchar, dispuesto a enfrentar cualquier circunstancia venga como venga, ser salmón requiere tener un instinto de lucha de sobrevivencia fuerte. Hace años leí una historia muy hermosa de una enferma llamada Olga Bejano, que está recogida en su libro “alma color salmón”. Lo que más impacta es ver cómo con muy pocos medios para poder seguir viviendo, y los pocos avances médicos en su tiempo, fue una mujer luchona que nunca perdió el ánimo por ir adelante y el sentido del humor mientras tuvo vida.
Hoy los padres de familia están llamados a tener el alma color salmón.
Llamados a saber sobreponerse al ambiente que consume el alma de sus hijos si no despiertan. No todo lo que se ofrece, incluso en lugares buenos, será siempre lo mejor para ti y tu familia. Los tiempos actuales implican decisiones, opciones, donde decides ir contracorriente y destacar a la larga por tu esfuerzo, o dejarte llevar por la corriente y ser a la larga uno más con el alma vacía, cansada de haberla estado llenando de “nada” y buscando desenfrenadamente para ti, y para tus hijos, un lugar “por pertenecer” a un determinado grupo social. Bien dice Jesús en el evangelio: “No teman a los hombres”, el mismo Señor nos previene y nos alerta de lo que implica ser cristiano. Lo que hay que temer es “A quien puede arrojar el alma y el cuerpo al lugar del castigo”. Así de claro es el Señor, nos alerta, nos previene y nos da su fortaleza para aprender a desechar aquello que no nutre ni fortalece nuestra vida, nuestra familia, nuestro ambiente. Cada quien elige lo que forma y alimenta todos los días: personas de bien con un alma como los salmones, o monstruitos sueltos que destrozan la sociedad con un alma chatarra y blofera que no sirve de nada.
Ser coherente y hacer frente al ambiente, incluso a los ambientes aparentemente buenos y no necesariamente los mejores no es fácil. Jeremías sufrió maquinaciones, críticas y mal entendidos… el hombre de bien, normalmente, es un incomprendido, pero Jeremías nunca perdió de vista que Dios estaba con él. Pablo nos deja muy claro que el don, la gracia y la fortaleza que da Dios supera con mucho al mal, al pecado y la desgracia. Un gran consuelo para los que están dispuestos a cultivar virtudes y principios sólidos en sus familias. No tengas miedo a caminar al lado del fuego, con Dios y la claridad que tengas en tu proyecto de vida y familiar, saldrás triunfador como los mejores salmones que logran vencer las peores corrientes y llegar río arriba.
Curiosamente en la Sagrada Escritura aparecen más o menos 365 veces la poderosa frase “no temas”. Un “no temas” para cada día del año. Una invitación de Dios para cada día, donde nos reta a ir río arriba y no estancarnos en las charcas de la superficialidad y comodidad, de una vida cristiana de estatus carente de misericordia y “ubicatex”. Me gustan mucho dos “no temas” del Evangelio: Cuando Jesús duerme en la barca y cuando lanza a Pedro a pescar.
Cuando Jesús duerme en la barca y están a punto de hundirse: “no teman”. Cuando vamos con Jesús, aunque parezca que todo se puede perder, no hay que temer. No temas a renunciar a eventos sociales. No temas a renunciar a propuestas huecas. No temas a renunciar a colegios o lugares de formación donde tus hijos están creciendo como campanas: solamente haciendo ruido pero sin nada por dentro. No temas a que te etiqueten de “bueno”, vale la pena. Teme a todo lo que te puede arrojar a la larga al lugar de castigo… dice el Evangelio.
Cuando Jesús le dice a Pedro que camine sobre el agua y Pedro duda: “no temas”. Jesús nos invita a ir hacia Él. A remar y caminar mar adentro. No solos, sino como familia, como sociedad, como comunidad. No temas a sentirte parte, como en el Antiguo Testamento, de los “Anawim” del Señor. De los que confían y esperan en Dios. De los que en Él ponen sus ilusiones y trabajos. La palabra “Anawim” significa “resto” es decir, parte, grupo. No temas a ser una familia que es parte de los que luchan contracorriente, de los que tienen claro que vale la pena ser diferentes, de los que han entendido que es mejor tener el corazón levantado hacia Dios y no dirigido hacía las cosas y diversiones chatarras de la tierra, sólo “porque los demás lo hacen”. No seas un pez del montón, sé un salmón luchador.
En estos tiempos de dificultad, de tanta pobreza de principios y valores el Señor sale a nuestro encuentro diciéndonos: “no teman”. Este domingo leemos el Evangelio de la Transfiguración, un momento en el que el Señor se nos manifiesta para fortalecernos en la fe. No temer es tener fe en las palabras de Jesús. Confianza en sus promesas. Amor y compromiso en la misión que nos ha dado. Que tu alma sea color salmón, no te canses de luchar. Una vida de esfuerzo vale la pena, una vida de rutina y del montón no sabe a nada.
Santa María Inmaculada, de la Dulce Espera, Ruega por nosotros.
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